merienda zafada

En Tucumán se dice cuando la merienda se va al carajo de lo abundante y lo rico. No es un matecito y ya, es mesa llena de tortillas, horneados, dulce, y lo que pinte. Se usa para invitar o presumir que se viene una comilona a media tarde. Después no digas que no te avisaron.

"Che, caete a casa que hoy pinta merienda zafada: mate bien cargado, tortillas calentitas y unos horneados que te dejan en modo siesta."

Changuita

En Tucumán se usa como diminutivo de changa o chango, y suele referirse a una nena o piba joven, a veces con tono cariñoso y otras medio pícaro, según cómo lo digas. También puede sonar a “la chica” de un lugar o del barrio. Es bien del norte y tiene ese cantito tucumano.

"La changuita del kiosco me mira y se caga de risa porque caigo todos los días y siempre me olvido el vuelto, alto colgado soy."

Regular como chirimoya

Se dice cuando algo estuvo más o menos, tirando a flojo, sin brillo ni emoción. Vamos, que no fue un desastre, pero tampoco para aplaudir. La comparación con la chirimoya va por esa idea de fruta medio verde, medio hecha, que zafa pero no enamora. Bien tucumano y bien gráfico.

"¿Y el asado en lo de tu primo? Regular como chirimoya, che. La carne zafaba, pero el fuego era un desastre y terminamos comiendo pan con chimichurri."

Escribir en la loma del burro

Se dice cuando alguien se va a hacer algo a un lugar lejísimos, perdido y medio inalcanzable, como si fuera el fin del mundo. No es solo “allá lejos”, es allá donde no llega ni el bondi y la señal se muere. Va con tono de burla cariñosa, tipo: ¿para qué te complicás tanto?

"El Nico se fue a rendir con la compu a lo de la tía en el cerro, sin wifi ni nada. Y bueno, ahí lo tenés, escribiendo en la loma del burro."

Contala completa

Se le dice a alguien cuando está contando algo a medias, se hace el boludo o se guarda justo lo más jugoso. Es como pedirle que no tire la piedra y esconda la mano: querés el chisme entero, con detalles y sin censura. En ronda de amigos funciona de lujo para apurar la verdad y prender el fuego.

"Dale, Juani, contala completa: no me vengas con que fuiste al cerro a caminar nomás, ¿quién fue con vos y qué pasó después?"

¡Fa! Qué león

Interjección bien tucumana para tirar admiración de golpe. Se usa cuando alguien te sorprende por lo groso que es, por la facha, la fuerza o porque la rompe en algo. Es como decir qué bestia o qué crack, pero con sabor del norte. Ideal para elogiar sin ponerse cursi.

"¿Viste al Facu en el gym? ¡Fa! Qué león, metió 120 en sentadilla y ni transpiró, alto animal."

Cacho

En Tucumán, cacho se usa para hablar del auto, normalmente el propio, con tono de cariño y también medio en chiste, como diciendo que es un cacharro pero igual te salva. No es un término formal ni nada, es bien de charla entre amigos. Si el auto está hecho bolsa, todavía más cacho.

"Che, ¿vamos en mi cacho hasta el cerro o nos mandamos caminando nomás? Porque el pobre ya está pidiendo pista y no quiero que nos deje tirados."

Renovar la caña

Dicho bien tucumano para pedir que te vuelvan a servir un chorrito de caña, o que te recarguen el vaso para seguir la ronda. Se usa cuando la juntada está linda y nadie quiere que se corte el mambo. No es poesía, es supervivencia festiva. Y sí, acá la garganta no descansa nunca.

"Che, no aflojen que recién arranca la noche. Renovame la caña, culiau, que con dos traguitos más me mando a bailar en el patio como si fuera carnaval."

Estrellao

En Tucumán, decir que alguien está estrellao es que anda con una mala leche tremenda, todo le sale al revés y la suerte lo tiene de punto. Es como estar meado por un elefante, pero en versión norteña. Se usa para rantear con humor cuando te encadenás una tras otra y ya ni te sorprende.

"Pobre el Juancito, perdió el bondi, se le cayó el sánguche al piso y encima lo agarró la lluvia sin paraguas. Está re estrellao hoy."

Estirar la pata

Eufemismo bien clásico para decir que alguien se murió, o sea, que la palmó, pero sin soltarlo tan a lo bruto. Se usa con humor negro y un toque de picardía, como para bajarle un cambio al drama. En Tucumán te puede salir en una charla de sobremesa, entre mates y chismes.

"Che, ¿te enteraste? El abuelo se clavó un atracón de empanadas y al otro día, pum, nos dejó. Mi tía dijo que estiró la pata y nadie supo si reír o llorar."

Ñerear

Verbo bien tucumano para decir que andás dando vueltas al pedo, boludeando por ahí sin un plan claro. Es moverte mucho y hacer poco, como cuando salís a “ver qué onda” y terminás caminando horas. Sirve para retar con cariño o para describir a alguien que está matando el tiempo.

"Che, dejá de ñerear por el centro, culiau, y caé a casa que tengo el agua lista pa’ unos mates y unas tortillas."

Chango, cerrá la tele

Frase bien del norte argentino para decirle a alguien que apague el televisor, normalmente con tono de confianza o de reto cariñoso. Chango es como decir pibe o flaco, muy de Tucumán y alrededores. Se usa en casa, en lo de la abuela o en la juntada, cuando la tele ya está sobrando.

"Chango, cerrá la tele un toque y vení a la mesa, que ya salen las empanadas y te las vas a perder."

Estripar

En Tucumán, estripar es reventarte la plata de golpe, como si el sueldo te quemara en el bolsillo. Lo usás cuando te mandaste una compra compulsiva, te cebaste en el shopping o te fuiste de joda y al otro día no sabés ni en qué se fue la guita. Duele, pero pasa.

"Cobré ayer y ya estripé la quincena entre el shopping, una picada y dos tragos, ahora ando contando monedas para el bondi."

Tragado/a

Se dice de alguien que está perdidamente enamorado o re enganchado con una persona, al punto de vivir en una nube. Anda tan pendiente del otro que se cuelga con todo lo demás y no registra nada a su alrededor. Es medio tierno, medio un peligro, porque te pueden cambiar el plan y ni te enterás.

"Che, Juan está re tragado con la piba y ni registró que cambiamos el asado para mañana, cayó hoy con el Fernet y todo."

Estar en modo velero

Se dice de alguien que anda medio a la deriva, sin rumbo claro ni apuro por decidir qué hacer. Va tirando, se deja llevar y parece que la vida le maneja el timón. Puede sonar simpático, como de relax total, o medio crítico si ya se está pasando de colgado y no encara nada.

"Che, la Juanita está en modo velero desde que dejó la facu, vive de mate y siesta y cuando le preguntás por laburo te cambia de tema."

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