Cuentos Educativos
He escrito este libro pensando en las conversaciones que más importan. Son cuentos cortos protagonizados por los Magikitos, cada uno con una pequeña semilla de algo grande: justicia, respeto, empatía, cariño... son historias que siembran valores, llenas de magia y con moralejas que se sienten como un abrazo.
Trepador de Enredaderas Traviesas
Este duende rojo y verde se pasa la vida jugando entre enredaderas, como si el bosque fuera un parque de atracciones secreto. Le flipa columpiarse de ramita en ramita hasta marearse de risa. Lleva al cuello una piedra circular que usa como amuleto y excusa para perderse, porque siempre acaba encontrando rincones nuevos flipantes.
Porteador de Setas Olvidadas
Este duende viejito va siempre agachado, casi de rodillas, porque dice que así escucha mejor los secretos del suelo. Lleva un champiñón rojo enorme a la espalda como quien carga recuerdos antiguos. Murmura disculpas a las mesas cuando se golpea y defiende a muerte que el pan con aceite cura más que cualquier pastilla triste.
Escriba de Recados Imposibles
Este duende rojo y blanco vive pendiente de una lista infinita de encargos para Santa, pero nunca se agobia. Con su pluma diminuta apunta deseos raros: calcetines desparejados, segundas oportunidades, tiempo para dormir sin alarmas. Cuando nadie mira, corrige faltas de ortografía en cartas infantiles y añade un “te quiero” donde los peques se han olvidado.
Domador de Destellos Terrosos
Este duende campa por la casa con un brillo terroso plantado en su mano izquierda, como si llevara siempre una chispa presta al despegue. Con su gorro de lana tejido y colores marrones y verdes parece recién salido del musgo. Le flipa apagar discusiones con chistes malos y encender coincidencias raras justo cuando ibas a rendirte.
Ladrón de Injusticias Cotidianas
Este duende pelirrojo se mueve como Robin Hood entre macetas y estanterías, robando injusticias pequeñas que pesan un huevo. Lleva una bolsa marrón colgada al hombro llena de magia raruna para equilibrar la balanza cuando la vida se pasa de lista. Curiosea conversaciones, odia la envidia mezquina y siempre se pone de tu parte sin hacer ruido.
Portero de Lunas Domésticas
Este duende va siempre con una llave otoñal en la mano, como si fuera portero de un edificio invisible. Le flipa cerrar discusiones tontas antes de que estallen y abrir ventanas para que entre olor a lluvia. Patrulla pasillos oscuros, odia la suciedad y las moscas pesadas, y se sabe de memoria cada crujido nocturno del hogar.
Confidente de Noches Plateadas
Este duende se pasa las noches sentado en la luna, piernas colgando, charlando como quien habla con la vecina de enfrente. Observa tejados, terrazas, gatos insomnes y humanos que no paran la cabeza. Le mola un huevo cuando alguien se queda mirando al cielo sin motivo. Ahí se sienta más recto y escucha, por si hay deseo suelto que ordenar.
Emisario de Risas Rojas
Este duende rojo y blanco siempre anda repartiendo buenas vibras sin que te des cuenta. Le encanta aparecer cuando estás un poco chof y lanzar travesuras para que sueltes una carcajada. Tiene un corazón enorme y es tan simpático que hasta los caracoles lo saludan mientras deja un rastro brillante de alegría allá donde pasa.
Pájaro Guardián Plumas
Este duende de plumas alegres se cuela entre las mascotas cuando nadie mira. Le mola esconderse en el sofá para observar con ojos brillantes y proteger con risas traviesas. Tiene un gorro alto que parece un pico colorido, siempre listo para animar los paseos y cuidar que nadie moleste a sus compañeros peludos.
Guardabebés Silencioso Mimoso
Este duende lleva una mochila color calabaza donde duerme un bebé calentito abrigado entre líquenes.Va pidiendo silencio para que nada lo moleste. Tiene un gorro y un pantalón calentito y un abrigo verde que lo hace pasar desapercibido en el bosque. Se cuela en casas para cuidar bebés y repartir calma sin que nadie se entere. Es muy silencioso, guardián del sueño de los bebés
Recogedor de Sueños Navideños
Este duende travieso se pasa las noches recogiendo cartas de niños que sueñan con la Navidad. De gorro rojo y verde, se escabulle por las casas dejando un rastro de risas y hojas arrancadas. Le mola esconderse en los rincones felices del bosque y repasar las cartas con una sonrisa cómplice, guardando secretos mágicos para el viejo Santa.
Brote Saltarín de Rocío
Enredada entre rosas y violetas, esta hadita se pasea como brote tierno de florecillas silvestres, siempre con gotitas de rocío que reflejan el mundo. Le flipa el olor a flor recién abierta y le encanta esconderse en prados al amanecer para espiar secretos escritos en pétalos y luz. Es pequeñita, pero su aura floral mola un huevo.
Tejedor de Momentos Serenos
Este ratoncito de pelaje blanco teje la calma y la alegría a su alrededor. Amigo fiel de duendes y hadas, adora disfrutar de cada migaja y rayo de luz. Cuando nadie lo ve, observa los secretos del bosque y sueña con aventuras junto a sus amigos. Su presencia es un susurro de paz en el hogar.
Sastre de Silencios Mágicos
Este duende es un verdadero maestro del silencio. Se encarga de tejer momentos de calma y paz en el hogar, haciendo que cada rincón respire tranquilidad. Su amor por los colores claros y suaves lo convierte en un susurro de luz que invita a la meditación. Le encanta observar las pequeñas cosas y disfrutar del momento presente.
Recogedora de Risas Cotidianas
Esta hadita es una auténtica exploradora del aire, siempre en busca de risas y pequeñas alegrías que transformar en magia. Su vuelo ligero entre las flores trae un soplo fresco a la rutina. Cuando nadie la ve, esparce risitas alrededor, dejando un brillo especial en los rincones más olvidados, recordándonos que la felicidad está en lo simple.
Arquitecto de Risitas Mágicas
Este duende travieso se dedica a sembrar carcajadas en los corazones de quienes lo rodean. Le encanta jugar con las sombras y susurrar chistes que solo los gatos pueden escuchar. Cuando la brisa sopla en la tarde, él se tiende sobre una hoja gigante a ver cómo los humanos se ríen sin darse cuenta de su magia. ¡Es un maestro del humor!
Ladrón de Risas Brillantes
Chispita es un minúsculo compañero que se esconde entre las plantas, siempre listo para desatar una carcajada en los días grises. Su risa chispeante es contagiosa, como si estuviera hecho de burbujas de alegría. Aparece en el momento justo, recordándote que la felicidad está en los pequeños detalles y en la magia del presente.
Susurrador de Serenidades
Este pequeño duende aparece en los días revueltos, como un susurro de calma que se cuela entre las nubes. Con su energía suave, transforma la tensión en armonía, convirtiendo momentos complicados en instantes de paz. Le flipa observar atardeceres y el suave murmullo del viento, dejando una estela de tranquilidad donde va.
Entrelazador de Voces Silenciosas
Este mágico ser entiende el lenguaje de los animales y es una esponja de historias que comparte la sabiduría del bosque. Su abrigo de lana le da calor, un recordatorio de su vínculo especial con los amigos de cuatro patas. Entre susurros, se mueve con una calma que invita a escuchar más allá de las palabras.
Maestro de Sobras Sorprendentes
Este Magikito es un verdadero genio en la cocina, siempre explorando el fondo de la nevera en busca de ingredientes olvidados. Con su gorro gris y un vestido rojo vibrante, convierte cada sobra en una obra maestra comestible. Le encanta experimentar y, cuando nadie lo ve, baila entre ollas y sartenes, creando festines que sorprenden a todos.
Explorador de Selvas Imaginarias
Este Magikito es un intrépido explorador de la jungla, siempre listo para contarte historias de tesoros perdidos y aventuras emocionantes. Con su gorro rojo pasión y su traje morado, no hay rincón que no quiera descubrir. Le encanta trepar por tus plantas, convirtiendo cada hoja en un nuevo capítulo de su increíble viaje por el mundo de la imaginación.
Recolector de Sonrisas Escondidas
Con su gorro naranja y una seta en mano, este Magikito es pura alegría del bosque. Se dedica a buscar pequeñas maravillas en cada rincón y a compartirlas con quienes se cruzan en su camino. Es un recordatorio viviente de que la felicidad está en los momentos sencillos y en disfrutar el viaje de la vida.