En Mendoza, 'changüí' se refiere a pedir un poco más de tiempo, especialmente cuando estás al límite con la entrega de trabajos o tareas.
"Profe, ¿me da un changüí con la entrega? Prometo que esta vez no me cuelgo, ¡de verdad!"
Tener un tiempo extra para relajarse en el trabajo o negociar para que te ayuden.
"Che, dame un changüí que todavía no terminé de cargar los datos del cliente, ¡no me apures!"
En Salta se usa changüí para pedir una oportunidad extra, un tiempito más o un pequeño favor cuando ya estás medio al horno. Es como decir que te banquen una más, con cara de perro mojado y tono de súplica amistosa. No es formal ni de lejos, pero entre amigos y familia sale todo el tiempo, y la verdad es que tiene su encanto.
"Che profe, no sea mala onda, anoche se cortó la luz en el barrio, déme un changüí y le entrego el trabajo mañana con todo bien pulido."
En Chaco se usa changüí para hablar de una pausa improvisada en el laburo, en la facu o donde sea, para aflojar un poco la cabeza. Es ese ratito en el que cortás con la tarea, te cebás unos mates, chusmeás de la vida y después, con suerte, volvés a lo que estabas haciendo con un poco más de ganas.
"Che, me está explotando la cabeza con estos informes, ¿pateamos todo diez minutos y nos hacemos un changüí con unos mates y unas tortas fritas en el patio?"
En Salta, cuando necesitas un poco más de tiempo para algo, le pedís a alguien que te dé un 'changüí'. Es una forma pintoresca de pedir una pequeña prórroga o chance adicional.
"Che, profe, ¿me da un changüí para entregar el trabajo? Me colgué chamuyando demasiado con la siesta."