Estar picado

En Caracas se dice que alguien está picado cuando anda ardido, dolido o medio rabioso porque perdió o le salió algo mal. No es solo estar triste, es más bien ese pique orgulloso que hace que la persona se ponga a lanzar pullas, se quede callada con cara de culo o jure revancha. Y sí, a veces da risa verlo, aunque pique de vuelta.

"Desde que le gané en el FIFA, el pana anda todo picado, ni me responde los mensajes y dice que la consola estaba laggeada, qué loco."

Flor de pan

En Caracas se usa para hablar de alguien que por fuera parece un encanto, fino y delicado, pero por dentro es duro de tratar, complicado o medio amargado. Es como ver una flor preciosa clavada en un pan viejo y reseco. La expresión tiene su mala leche, pero también su toque de humor criollo que siempre se agradece.

"Chama, ese tipo es una flor de pan, todo sonrisas en la oficina y selfies pa’ Instagram, pero cuando le pides un favor se pone más duro que pan de ayer."

Echarle pichón

Expresión muy caraqueña para decir que hay que meterle ganas a algo, ponerse serio y no aflojar hasta lograr lo que se quiere. Es como decir que hay que esforzarse a tope, con constancia y actitud, aunque el camino esté rudo. Suena graciosa, pero cuando te dicen que le eches pichón, es para que te pongas las pilas de verdad.

"Mira, si quieres montar ese emprendimiento de empanadas gourmet en Petare, vas a tener que echarle pichón, pararte temprano, aguantar el calorón y no rajarte cuando el proveedor se ponga ladilla."

Estar frito

En Caracas se dice estar frito cuando estás metido en un lío feo, sin muchas opciones de salvarte, tipo cuando debes plata, el jefe está molesto y encima se va la luz. También puede significar estar reventado del cansancio, que ya no das más. Es una expresión muy gráfica, porque básicamente estás listo para el sartén.

"Chamo, si no cobro esta quincena estoy frito, debo alquiler, la tarjeta está full y hasta el perro me mira con cara de cobrador"

Echarle pichón

En Caracas decir echarle pichón es meterle ganas de verdad a algo, sin flojera ni excusas. Es esforzarse al máximo, ponerse serio con la vaina y no rendirse aunque todo esté en contra. Se usa para estudiar, trabajar, entrenar o hasta para levantar un negocio. Y hay que admitir que suena mucho más sabroso que decir simplemente esforzarse.

"Marico, si quieres montar ese emprendimiento de empanadas gourmet, tienes que echarle pichón, pararte temprano, aguantar calor y no rajarte cuando el gas se acabe a media mañana."

Sangronazo

Se dice de alguien que se pone tan fastidioso que te saca la piedra, convirtiéndose en un sangrón nivel dios.

"Ayer, chamo, Daniel estaba de un sangronazo tan intenso que hasta el Wi-Fi perdió la paciencia."

¡Epa, chamo!

Expresión súper versátil para saludar a alguien en plan bien informal y con todo el sabor caraqueño. Es como decir hola pero con más confianza, más calle y más cariño de barrio. Se usa entre panas, casi nunca en contextos formales, y la verdad es que tiene un flow que no se consigue en otros saludos.

"Iba llegando al metro todo trasnochado y cuando veo a mi pana del liceo le suelto: ¡Epa, chamo! ¿Qué más, cómo está la vaina, todavía sigues llegando tarde a todo?"

Piche

En Caracas decir que alguien es piche es llamarlo tacaño, agarrado, que no suelta un billete ni aunque le pique la mano. Es esa persona que siempre se hace el loco cuando toca poner para la vaca o pagar la ronda. No es el insulto más grave del mundo, pero sí deja claro que el pana es bien amarrado.

"Chamo, ese pana es más piche que agua de zamuros, se comió media pizza, se bajó dos birras y salió con que dejó la billetera en la casa."

Estar oscuro

En Caracas se dice que alguien está oscuro cuando no entiende nada de lo que pasa, está perdidísimo o no capta la idea ni con dibujitos. Es como andar sin linterna en un túnel, cero claridad mental. Se usa mucho para vacilar a panas que están colgados en clase o en una conversación. Y hay que admitir que la imagen es bastante gráfica.

"Chamo, el profe explicó tres veces la vaina y tú sigues más oscuro que túnel del metro sin luz, mejor copia del cuaderno de la chama aplicada del salón."

Pana

En Caracas decirle a alguien pana es como declararlo miembro oficial de tu combo de confianza. Es más que amigo, es casi hermano de batalla, el que está en las buenas, en las malas y en las que dan risa después. Suena cercano, callejero y con cariño, y hay que admitir que tiene un flow bastante sabroso.

"Ese pana siempre me salva cuando se me queda el carro tirado en la autopista, llega, me echa una mano y de paso se cae a cuentos y chisme sabroso mientras arreglamos el desastre."

Desguabinarse

Voz bien caraqueña para cuando quedas molido, reventado, sin batería después de darle durísimo a algo físico o mental. Es como decir que el cuerpo se te desarma del cansancio y ya no das para más. Suena gracioso, pero cuando te desguabinas de verdad lo único que quieres es cama y silencio absoluto.

"Hermano, me puse a ayudar a mi tía a mover muebles, subir cajas y limpiar el balcón, y quedé tan desguabináo que ni fuerzas tengo pa' servirme un cafecito."

Cachicamo

En Caracas le dicen cachicamo a la persona que es lenta, medio dormida o que reacciona tarde a todo, igualito al animal que parece vivir en cámara lenta. También se usa para el que se hace el loco y no agarra las indirectas. Es medio burla cariñosa, pero si te lo repiten mucho, capaz sí tienes que espabilar.

"Chamo, apúrate con ese informe, que el jefe ya está ladillado y tú sigues ahí todo cachicamo viendo memes en vez de trabajar."

Chimbo

En Caracas chimbo se usa para decir que algo es malo, aburrido, de mala calidad o que simplemente no dio la talla. Puede ser un plan, un concierto, una película o hasta un regalo. Es como decir que fue una decepción total. Y sí, suena suavecito, pero cuando te lo sueltan, duele un poquito.

"Pana, me arreglé todo pa' esa rumba y estuvo tan chimbo que a las doce ya estaba en mi casa viendo novelas con mi mamá."

Chamito

Palabra muy caraqueña y venezolana para referirse de forma cariñosa a un niño, chaval o adolescente. Puede sonar tierno o medio vacilón según el tono, pero casi siempre lleva cariño detrás. Es de esas palabras que te delatan de dónde eres y que, bien usada, suena cercana y con bastante sabor de barrio.

"Ese chamito del edificio se la pasa jugando fútbol en la calle y ya dice que va a ser más famoso que Messi, pero ni aguanta diez minutos bajo el sol de Catia."

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