Expresión coloquial que significa darse un buen sueño o siesta. Perfecto para esos días en que la flojera domina al caraqueño promedio.
"Después del almuerzo dominical, me eché una tanda que ni el terremoto de Carabobo me despertó."
Se usa para decir que alguien se va a echar una siesta sabrosa, casi siempre después de comer pesado o cuando ya trae encima todo el cansancio del día. Es como darse un break del mundo y desaparecer un rato en la cama o el sillón. Suena relajado, muy chilango, y la neta invita a no sentir culpa por dormir.
"Entre el tráfico, la chamba y los tacos al pastor con todo, ya ando doblando las manitas, me voy a echar una tanda antes de que me quede dormido en el metro."
Se usa para decir que alguien se va a dormir un buen rato, ya sea una siesta sabrosa o un sueño profundo después de una rumba brava. Es como desconectarse del mundo y quedar frito sin culpa ni remordimiento. Muy de cuando el cuerpo ya no da más y toca tirarse en la cama y desaparecer un rato.
"Pana, después de esa rumba en casa de María me eché una tanda tan brutal que ni el reguetón del vecino a todo volumen me levantó."
En Carabobo se usa para decir que alguien va a descansar un buen rato, casi siempre tirado en la cama o en el mueble, después de quedar molido por alguna actividad. Es como anunciar una siesta larga o un parón sabroso para recargar pilas. Suena a plan perfecto cuando el calor pega duro y el cuerpo ya no da más.
"Chamo, después de calarme ese autobús full gente y el sol pegando durísimo, llego a la casa, me echo una tanda brutal y que no me despierten ni los cohetes del vecino."