En Caracas se usa para hablar de alguien que por fuera parece un encanto, fino y delicado, pero por dentro es duro de tratar, complicado o medio amargado. Es como ver una flor preciosa clavada en un pan viejo y reseco. La expresión tiene su mala leche, pero también su toque de humor criollo que siempre se agradece.
"Chama, ese tipo es una flor de pan, todo sonrisas en la oficina y selfies pa’ Instagram, pero cuando le pides un favor se pone más duro que pan de ayer."