Estar en las nubes
Se dice cuando alguien anda distraído, soñando despierto o con la mente en otro lado, como si no estuviera presente. No es que seas tonto, es que traes el cerebro en modo avión y no cachas bien qué está pasando. En Guanajuato y en todo México se usa un montón para regañar con cariño.
"Profe me explicó tres veces y yo nomás asentía, pero la neta estaba en las nubes pensando en los tacos de la salida."
Pura irrealidad
Se suelta cuando algo está tan raro, inesperado o fuera de lugar que parece un sueño o una escena surreal. Es como decir: no me cuadra, pero está pasando. En Guanajuato se usa para remarcar lo absurdo o lo increíble de una situación, con ese toque de asombro y cotorreo.
"Wey, el mariachi tocando reggaetón en el Callejón del Beso y la banda perreando con sombrero, eso sí es pura irrealidad, neta."
Sacar la sopa
Se dice cuando quieres que alguien suelte la verdad, confiese algo o cuente el chisme completo, sin guardarse nada. Es como pedir que te den el chisme con lujo de detalle. Muy de cotorreo, sobre todo cuando ya viste caras raras y sabes que algo pasó. Y sí, aplica perfecto para el chismecito familiar.
"A ver, no se hagan, ya saquen la sopa, ¿quién fue el que se besó con quién en la fiesta de anoche o qué?"
¡Ándale, pues!
Interjección bien mexicana para reaccionar rápido: puede ser un “órale” de sorpresa, un “va” de acuerdo o un “ya estuvo” para cerrar la plática. Se suelta cuando te cae el veinte, cuando te convencen o cuando ya no hay nada más que decir. Suena muy de barrio y queda perfecto en el chisme.
"—¿Entonces siempre sí te vas a casar con el Kevin? —¡Ándale, pues! Nomás no me vayas a invitar a la boda en martes, eh."
Se fue de chorcha
Se dice cuando alguien se desconecta bien gacho y se queda ido, como en su mundo, sin poner atención a lo que está pasando. Puede ser por distracción, por sueño o porque anda pensando en mil cosas. No es que esté mal, nomás se fue tantito. Suena muy de barrio y da risa cuando lo cachas.
"Estábamos en la junta y el Juan nomás con la mirada perdida, ni parpadeaba. Le pregunté algo y tardó un siglo en reaccionar, se fue de chorcha bien recio."
Echarle la vara
Se dice cuando alguien se pone a ayudar o a chambearle a algo, pero más por compromiso que por gusto. Es como echar la mano a regañadientes, cumpliendo para que no te estén friegue y friegue. No implica que lo hagas mal, solo que vas con flojera y cara de ya vámonos.
"Ahí va Juan a echarle la vara en la tiendita del suegro, acomodando refrescos bien serio, como si le debieran la quincena y todavía le pidieran sonrisa."
Echar el cafecito
Se dice cuando quedas con alguien para platicar a gusto, ponerse al día y, si se atraviesa, echar tantito chisme. No es tanto por el café en sí, aunque casi siempre cae una tacita. Es plan tranqui de tarde, de sobremesa larga y de arreglar el mundo con pan dulce en la mesa.
"Jálate al rato a la casa, echamos el cafecito y te cuento el chisme del vecino, que anda bien raro desde ayer."
Ponerse como caramelo
Se dice cuando alguien se arregla y queda bien guapo, bien presentable, como para presumir. Es ese momento en que te peinas, te perfumas y sales con outfit de domingo, listo para que te echen el ojo. Va más de verse atractivo y pulido que de coquetear. Y sí, suena medio cursi, pero pega.
"No manches, Marco llegó bien perfumado y con camisa planchadita, se puso como caramelo y hasta el DJ le andaba echando ojo."
Rifar los chones
Se dice cuando alguien se está arriesgando bien duro, metiéndose a algo pesado o aventándose una movida sin saber si va a salir bien. Es como decir que está apostando hasta los calzones, o sea, lo último que le queda. Suena chusco, medio bravucón, y queda perfecto para echar carrilla.
"No manches, ¿vas a pedirle aumento al jefe el lunes? Estás rifando los chones bien macizo, luego no digas que no te avisé."
Echarse un jamón
Se dice cuando alguien se avienta una dormidota pesada, de esas que te dejan babeando, normalmente después de comer como si no hubiera mañana. Es la siesta sin remordimiento, la que cae en fiestas, bodas o recalentado dominguero. No es una siestita fina, es un sueño nivel tronco. Y sí, da envidia.
"En la comida de la abuela, mi primo se echó un jamón en el sillón y ni con la banda del vecino se despertó, nomás roncando a gusto."
Echar manteca
Se dice cuando te tiras a la flojera rica, sin culpa, como para descansar, apapacharte y no hacer nada productivo. Es plan de sofá, comida y cero prisas, a veces hasta con la idea de consentirte un rato. En Guanajuato suena bien de barrio, de: hoy no se resuelve el mundo, hoy se echa manteca.
"Ya estuvo de pendientes, hoy me voy a echar manteca en el sillón con unas papitas, la tele y la cumbia bien recia, que mañana vemos qué onda."
Chido
Adjetivo muy mexicano para decir que algo está padre, está bueno o simplemente mola un montón. Se usa para personas, planes, cosas, lo que sea. En el Bajío lo oyes a cada rato, desde la peda hasta el partido. Suena cercano y buena onda, como soltar un aprobado con estilo.
"No manches, tu chamarra está bien chida. Con esa te lanzas al centro y hasta el de los elotes te echa más limón de buena onda."
Andar risueño
Se dice cuando alguien trae una sonrisa pegada y anda de buenas todo el día, como si le hubiera caído un milagrito. No es que esté contando chistes, es más bien que se le nota el contento en la cara y en el modo de hablar. Suena medio formalito, pero en la calle se entiende perfecto.
"Mira nomás al Juanito, desde que le dijeron que va a ser papá anda risueño, saludando a todos y hasta invitando las chelas en la esquina."
Andar blanqueando
Se dice cuando alguien se queda en blanco, como que el cerebro se le apaga justo en el peor momento. Pasa mucho en exámenes, regaños o cuando te piden una respuesta importante y nomás no te sale nada. Es como andar ido, sin reacción, con cara de ¿y ahora qué digo? Bien común en el habla de barrio.
"No andes blanqueando, compa, si el profe te preguntó la capital y tú nomás te quedaste viendo al techo como si te pagaran renta."
Diseñar el gallo
Se dice cuando alguien se tarda un buen en arreglarse el pelo y se arma un peinado bien producido, con copete o cresta, como de gallo presumido. Va con burla cariñosa, tipo: ya deja de verte al espejo y vámonos. No es que esté mal verse chido, pero a veces se pasan de artistas capilares.
"Ya vámonos, güey, que llevas media hora en el baño diseñando el gallo y nomás vamos a los tacos. Te vas a despeinar con la salsa."