Echarle un churro

Se dice cuando alguien se avienta una historia bien exagerada o de plano inventada, de esas que suenan a cuento chino pero contadas con toda la seguridad del mundo. Es como decir que le está metiendo mucha crema a los tacos. En Guerrero se oye para bajar de la nube al cuentero. Y sí, a veces da risa.

"No manches, primo, ya deja de echarle un churro: que si te persiguió un jaguar en la playa y luego te aplaudieron en el Oxxo, ajá."

Echarle cacumen

Se dice cuando alguien tiene que ponerse las pilas y pensar bien, usar el ingenio o estrujarse el coco para sacar algo adelante. Es como un empujoncito con humor: deja de improvisar y usa la cabeza. Suena medio viejito, pero justo por eso tiene encanto y queda chido en la plática.

"Si quieres apantallar a tu suegra en la cena, vas a tener que echarle cacumen al mole, porque con puro sobrecito te va a cachar luego luego."

Echarse un coyotito

En la costa de Guerrero se dice cuando te vas a echar una siestita corta, de esas que te reinician el alma. Suele caer después de comer, cuando el calor pega y el cuerpo ya está pidiendo modo avión. Es informal, cariñosa y muy de sobremesa. Si te dicen esto, ya sabes que vuelven en un ratito.

"No inventes, con estos tacos y el calorón ya me dio el mal del puerco. Ahorita regreso, me voy a echar un coyotito en la hamaca."

Echar la sopa

Se dice cuando alguien suelta la sopa, o sea, cuando se pone a contar el chisme completo o revela un secreto que ya traía atorado. Es como “ya dilo todo” pero en modo barrio, sin tanto drama. Sirve para presionar tantito o para burlarte de quien ya no aguantó y lo contó.

"Nomás le preguntaron por qué llegó tarde y luego luego echó la sopa: que se fue con la ex, que hubo pleito y que hasta perdió el celular en el taxi."

Rascarle al chuni

Dicho bien de Guerrero para cuando alguien anda haciéndose güey, perdiendo el tiempo o dándole largas a algo que ya debería estar hecho. Es como decir que estás nomás rascándole al chuni en vez de ponerte a chambear. Suena chusco y medio regañón, perfecto para apurar a la banda sin tanto drama.

"Ya, deja de rascarle al chuni y ponte a barrer, que al rato cae la visita y la casa parece tianguis."

Guatzimbear

En Guerrero, guatzimbear es irse a comer con ganas, como cuando ya traes el estómago cantando y te lanzas por algo bien llenador. No es comida fina, es antojo de mercado, de cuchara y de repetir si se puede. Suena chusco y bien local, y la neta se antoja nomás de decirlo.

"Ya dieron las dos y traigo un hambre perra, ¿qué? Caigan al mercado y nos vamos a guatzimbear unas gorditas con su salsita brava."

Cotorrear

En Guerrero, cotorrear es juntarte a platicar a gusto, echar relajo y pasarla chido sin tanta formalidad. Puede ser en la playa, en la banqueta o donde caiga, pero la idea es convivir y tirar buena vibra. No es “andar de fiesta” siempre, más bien es socializar y vacilar un rato. Y sí, se antoja.

"Al rato caigo, ahorita ando chambeando, pero en la noche nos vamos a cotorrear a la playa con chelitas y música bien sabrosa."

Treparse al guayabo

Se dice cuando alguien se acelera de más, se emociona sin medida o se pone bien intenso por cualquier cosa. Es como si, de la pura euforia, se subiera a un guayabo a hacer show y ya no hubiera forma de bajarlo. Se usa en plan cotorreo para decirle que le baje dos rayitas.

"Nomás le dijeron que hoy sí pagan completo y el compa se trepó al guayabo, ya andaba gritando y hasta invitando las chelas."

Sentirse chipocludo

Se dice cuando alguien anda crecidito, sintiéndose la mera mera, como si con su pura presencia ya conquistara el mundo. Va con tono de carrilla, porque normalmente lo sueltas para bajarle tantito los humos a alguien que se cree intocable. Muy de Guerrero, y sí, suena chistoso pero pega duro.

"Desde que lo subieron de puesto, Juan anda bien chipocludo, se pasea por la oficina como si fuera el mero rey de Acapulco y ni saluda."

Todavía no cuaja

Se dice cuando algo aún no se concreta, no agarra forma o no termina de salir bien. Puede ser un plan, una relación, un negocio o hasta una idea que suena chida pero sigue verde. Es como cuando esperas que algo “amarre” y nomás no. Paciencia, que a veces cuaja y a veces se queda en puro cuento.

"Le dije a Toño que lo de abrir la taquería todavía no cuaja, trae el logo bien perrón, pero ni local tiene y ya anda presumiendo el trompo."

Andar chambiador

Se dice de alguien que siempre anda buscando chamba, haciendo trabajitos o agarrando cualquier encargo para sacar lana. No es que sea millonario, pero tampoco se queda cruzado de brazos. Puede sonar a elogio por trabajador o a carrilla por inquieto. En Guerrero se oye un montón, bien de diario.

"El Pancho anda chambiador, ayer lavó coches en la esquina y hoy ya se puso a vender tamales afuera de la prepa pa’ sacar pa’ la gasolina."

Tascolote

Se le dice a alguien que está llenito, entrado en carnes o medio robusto, normalmente en plan carrilla con cariño, no para humillar. Es de esas palabras que te suelta la familia mientras te sirve otra tortilla y tú ni cómo defenderte. Ojo con el tono, porque en boca ajena sí puede sonar pesado.

"Ya, ya, tascolote, suelta el plato de carnitas y deja tantito para los demás, que ni has terminado y ya vas por la tercera tortilla."

Echar la hueva

Se dice cuando te tiras a no hacer absolutamente nada: flojear, descansar, procrastinar con gusto y cero culpa. Es el plan perfecto para cuando pega el calor o ya te dio la modorra y solo quieres estar en modo bulto. En Guerrero se oye un montón, sobre todo en tardes lentas de hamaca y sombra.

"Ya acabé la chamba, así que vámonos a la hamaca con una coquita y a echar la hueva hasta que se haga de noche."

Echarse una pasta

Se usa para decir que te vas a echar una siesta corta, de esas que te dejan nuevo, sobre todo después de comer bien y quedar medio derrotado. Es como un reinicio express: cierras tantito los ojos, babeas cinco minutos y vuelves al mundo. En Guerrero suena muy de casa, muy de sobremesa con panza feliz.

"No inventes, con este pozole quedé tieso. Me voy a echar una pasta tantito y al rato le seguimos con la fiesta, que todavía falta el mezcal."

Echar el agua

En Guerrero se dice cuando alguien suelta la sopa y cuenta el chisme completo, o revela un secreto que debía quedarse guardado. Es como delatar, balconear o ir de hocicón, pero en versión local. Siempre hay quien no aguanta la presión y termina echando el agua justo cuando más convenía hacerse el discreto.

"Ya valió, compa: le conté a la Lupita y fue y echó el agua del plan, ahora hasta el profe se enteró."

Ir en pierna

Se dice cuando sales sin plan fijo, nomás a ver qué cae. Es irte de pata de perro, de rol, a dar la vuelta y dejar que la noche te sorprenda. Puede ser para fiesta, para pasear o para terminar comiendo unos tacos a las tres de la mañana. Suena muy de costa y bien relajado.

"Este sábado no armes tanto plan, mejor vámonos en pierna por Acapulco, a ver si cae una playita, una chela y luego unos tacos bien bravos."

Andar bien caleta

En Guerrero se usa para decir que alguien anda bien escondido o muy discreto, como cuando te quedas en modo fantasma para que nadie te vea. También puede sonar a que alguien está guardando algo o se está haciendo el difícil. No va de ir arreglado, va de ir calladito y fuera del radar.

"¿Y el Beto? Desde que le deben la lana anda bien caleta, ni al grupo contesta y se esconde cuando pasamos por su casa."

Echar máquina

Se dice cuando alguien se pone a trabajar con todo, sin flojear y a un ritmo bien pesado, como si trajera motor nuevo. Es la típica frase para reconocer al que sí se rifa en la chamba, sobre todo en el campo o en la obra. Suena muy de banda y bien orgullosa, la neta.

"No te me rajes, compa: hoy hay que echar máquina porque si no, el patrón nos deja sin raya. Mira al Juan, ese vato sí se rifa y ni se queja."

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