En Andalucía se usa para decir que alguien está muy cabreado, quemado por dentro, como a punto de explotar. Es ese enfado que te sube la temperatura y te deja con cara de pocos amigos. También puede mezclar enfado y hartazgo, como de ya no aguanto más. Y oye, suena tan gráfico que casi da calor solo escucharlo.

"Ni le hables a Juan, que está asado perdido porque el Sevilla palmó en el último minuto y encima se quedó sin tapa en el bar, vaya tela marinera."

En Nicaragua se dice que alguien está asado cuando anda bien enojado, hervido por dentro, como que ya lo cocinaron a fuego lento de la pura rabia. Es más que estar molesto, es ese pique que te deja con cara seria y pocas ganas de hablar. Y la verdad, suena chistoso aunque uno ande hecho leña.

"Cuando se fue la luz justo cuando iba a ver la final del partido, mi papá quedó tan asado que hasta el perro se fue a esconder debajo de la cama."

Se dice de alguien que está furioso o extremadamente molesto, tanto que podría encender la parrilla con su rabia.

"Después de que el vecino le robó el wifi otra vez, Carlos estaba tan asado que hasta las cometas salieron volando del susto."

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