Sentir muchísima hambre, al punto que el estómago anda a los cuchillazos pidiendo comida.
"Che, después de jugar al fútbol quedé con un filo que me comería hasta el postre antes del asado."
Se usa para decir que uno tiene muchísima hambre, de esa que te deja el estómago sonando y la cabeza pensando solo en comida. Es como sentir que por dentro todo está afilado y listo para atacar cualquier plato que pase cerca. Es muy típica en la región y, la verdad, suena bastante dramática y divertida.
"Parce, tengo un filo que si no almorzamos ya mismo me como hasta las empanadas frías de anoche con ají y todo."
Estar con un hambre brutal, esas ganas de comerte hasta el plato. Se usa cuando no has comido en mucho rato y ya ves borroso de tanta hambre.
"¡Chamo! Desde que me desperté no he probado bocado, tengo un filo que me comería un elefante."
Es cuando tienes muchísima hambre, como si tu estómago fuera un agujero negro que todo lo traga.
"Vato, después de la caminata por el cerro traigo un filo que me comía hasta las piedras."
Estar muy hambriento, como si tu estómago se hubiera vuelto un agujero negro devorador de arepas.
"¡Hombre, tengo un filo que me comería hasta una bandeja paisa yo solito!"
Expresión usada para decir que alguien tiene mucha hambre. Es como si tu estómago estuviera afilado, pidiendo comida a gritos.
"Tengo un filo que me desmayo, vámonos ya por una bandeja paisa antes de que el hambre me mate."
En Tolima se dice tener filo cuando alguien tiene un hambre brava, de esas que le suena la tripa a kilómetros y se comería lo que le pongan enfrente. Es como sentir un hueco en el estómago que pide comida a gritos. Es muy coloquial y suena hasta chistoso cuando uno ya casi ve estrellitas.
"Parce, no he desayunado ni almorzado, tengo un filo que si me descuido me como hasta el perro del vecino con todo y collar"
Se usa para decir que uno tiene mucha hambre, de esa que te deja el estómago sonando como banda de pueblo. Cuando alguien dice que tiene filo es que ya está pensando en el menú, en el segundo y hasta en el postre. Es una forma bien coloquial y sabrosa de hablar del hambre, y la verdad es que suena potente.
"Oye compadre, vamos a la chifa del chino de la esquina, porque tengo un filo que me comería hasta la decoración del local"
Estar con un hambre que te mueres, como si no hubieras comido en una semana.
"Oye, compadre, después de la playa vamos a tirarnos pa' la paladar porque tengo un filo que me como hasta una vaca."
En el Meta se dice tener filo cuando alguien tiene un hambre brava, de esas que te dejan viendo estrellas y pensando en comida cada dos segundos. Es como sentir que el estómago te está reclamando con megáfono. No es solo hambre normal, es hambre de jornalero después de todo el día bajo el sol, y la verdad suena hasta peligroso.
"Hermano, madrugué a ordeñar, fui al potrero, volví al pueblo y todavía no he probado ni un tinto, tengo un filo que si me ponen una vaca asada me la bajo yo solito sin dejar ni el cuero"
Cuando el hambre te pega tan fuerte que sientes que puedes devorar hasta un caballo, no queda más que decir que estás 'con filo'. Es una manera dramática y simpática de expresar la urgencia por comida.
"Después de trabajar bajo el sol todo el día, llegué a la casa con tanto filo que me comí tres arepas sin pestañear."
Manera creativa de decir que tienes mucha hambre, como si el estómago te estuviera retando a un combate.
"Después de jugar fútbol todo el día, tengo un filo que me comería una vaca entera y aún pediría postre."