En Ayacucho jato es la forma bien callejera de decir casa, tu guarida, el lugar donde aterrizas después de todo el día. No suena formal ni serio, más bien de confianza entre patas. Sirve tanto para hablar de tu casa como de la de alguien más, y la verdad es que suena mucho más simpático que hogar.

"Ya fue la fiesta, estoy hecho trapo, mejor nos vamos al jato, pedimos pollo a la brasa, ponemos huaynos a todo volumen y seguimos la juerga hasta que amanezca."

Así se le dice a una casa o cualquier lugar donde aterrizas después de un largo día. El refugio, el nido, la nave nodriza cargada de calidez y probablemente con olor a sopita recién hecha.

"Después de caminar por todo Huaraz sin rumbo fijo, no veo la hora de llegar al jato y ponerme las ojotas."

En Perú, 'jato' es esa manera cariñosa de referirse al hogar dulce hogar, o también un lugar donde uno puede tirarse a dormir sin que le molesten, porque vamos... después de todo el día merece una siestita.

"Después del trabajo voy de frente a mi jato, ¡necesito recargar energías para la parrillada del sábado!"

En Junín, decir 'jato' es como hablar de tu guarida personal, tu nido... ¡tu casa! Y no cualquier casa, sino ese lugar donde te sientes el rey o la reina, aunque solo tengas un trono de plástico.

"Después del trabajo me voy al jato a relajarme con una chichita y ver Netflix."

Forma bien ayacuchana y cariñosa de decir casa, tu rincón seguro donde te tiras a descansar después de un día movido. No es solo el techo, es el lugar donde comes rico, chismeas con la familia y te olvidas del estrés. Suena humilde, cercano y con bastante sabor de barrio, la verdad tiene su encanto.

"Ya fue, causa, estoy reventado, me voy a mi jato a echarme un rato, prender la radio y olvidarme de este tráfico de miércoles."

Forma bien coloquial de decir casa, pero no cualquier casa, sino tu guarida, tu refugio, el lugar donde te tiras a hacer nada, a ver series, a comer como condenado y a olvidarte del mundo. Es de esas palabras que suenan a barrio, a patas de toda la vida y a domingo eterno en pijama.

"Oe causa, vamos a mi jato a ver pelis piratas, pedir pollo a la brasa y rajar de todo hasta que nos quedemos jato en el sillón."

Es la palabra que usan los peruanos para referirse a su casa o hogar. Nada de mansión, simplemente tu huequito acogedor.

"Hoy terminamos la chamba y nos vamos de frente a mi jato para ver pelis y comer un cevichito."

¡No, no es un truco de magia! En Loreto, 'jato' es como le dicen al hogar. Ese lugar donde te sacas los zapatos y el drama.

"Amigo, ya estoy cansado de tanto chambear, mejor me voy a mi jato a relajarme."

Manera casual de referirse a una casa u hogar, el lugar donde descansas o caes rendido después de un día largo.

"Oye, después del cevichito nos vamos al jato a descansar, que estoy hecho puré."

En Tacna jato es la forma bien callejera de decir casa, depa o el lugar donde vives y haces vida. No es solo techo y paredes, es tu guarida, donde caen los patas a ver el partido, armar la previa o tirarse en el sillón a rajar de la vida. Suena cercano, casero y tiene su encanto bien peruano.

"Causa, cae a mi jato después del tono, pedimos pollo a la brasa, ponemos chicha de fondo y seguimos la jarana hasta que amanezca y el vecino ya no dé más con el bulla."

Término usado para referirse a una casa o apartamento de forma casual, tu refugio donde el WiFi se conecta automáticamente.

"Oe causa, nos vemos en mi jato pa' ver el partido."

En Trujillo jato es la casa, el depa o el hueco donde vives o paras con la mancha. No tiene que ser nada lujoso, pero es tu guarida, tu centro de operaciones, donde caes reventado después de la chamba o el tono. Es de esas palabras que suenan a barrio, a confianza y a olor a comida casera bien rica.

"Después del tono en la peña, terminamos todos en el jato de Marco, tirados en el sillón viejo, cantando a grito pelado y comiendo pan con chicharrón como si no hubiera mañana"

Casa o hogar, pero dicho de una forma más relajada y con sabor local.

"Oye, ¿vamos a tu jato después del estudio para ver unas pelis? Me dijeron que tienes la mejor colección."

'Jato' es una forma muy coloquial de referirse a la casa o el hogar en Trujillo. Es el lugar al que regresas después de lidiar con el tráfico y las multitudes en un día típico peruano.

"Estoy destruido, causa. Ya quiero llegar a mi jato pa' descansar al toque."

Término utilizado en Trujillo para referirse a la casa o el hogar. ¡No sabes lo que es llegar a tu jato después de un día agotador!

"Oye, ¿vamos a ver una peli al jato hoy? Prometo no dormirme antes de los créditos esta vez, causa."

Forma coloquial para referirse a la casa, el lugar donde uno descansa y se siente más guerrero que en cualquier otro lado.

"Ya estoy hasta las patas de trabajar, mejor me voy al jato a echarme un ratito."

En Áncash jato es tu casa, tu guarida, el lugar donde aterrizas después del caos del día. Se usa mucho en plan ya me voy a mi jato a descansar o a bajar revoluciones. Es una palabra bien de la calle, suena cercana y calentita, como llegar y tirarte en la cama sin remordimientos. Y la verdad, da gustito decirla.

"Después de ver caer su ceviche al suelo, Toño se fue bien achorado, pegó cuatro lisuras y luego dijo que mejor se iba a su jato a tirar cama y olvidarse del desastre."

En Cusco y en varias partes de Perú, jato es la forma bien callejera de decir casa, guarida o el lugar donde vives y haces tu vida. No es solo el techo, es tu espacio sagrado donde caen los patas, se arma la conversa y se pasa el frío. Suena cercano, peruano total y con bastante cariño.

"Ya fue la calle, está haciendo un frío de la patada, mejor caemos a mi jato, preparamos un matecito bien cargado y nos quedamos rajando de la vida hasta que amanezca."

Manera relajada y peruanaza de referirse a la casa; no importa si es un pichi departamento o una mansión en Surco, ¡siempre será el jato!

"Oye, causa, ¿cuándo te caes al jato para unas chelitas?"

Es la manera cool de decir casa o el lugar donde vives. Se usa cuando quieres sonar más street en Lima.

"Oye causa, ¿vamos a tu jato a ver las pelis que bajaste? Llevo cancha y gaseosa."

Refugio sagrado donde recargas energías después de un día agitado. Básicamente, tu casa, pero dicho a la trujillana.

"No seas penoso y ven pa' mi jato a ver la última serie, que en la calle hace frío."

En Arequipa jato es la forma bien de la calle de decir casa, depa o el lugar donde uno vive y se arma la movida. Es como tu base secreta donde caen los patas a chupar, ver pelis o simplemente vaguear. Suena relajado, cercano y tiene ese saborcito arequipeño que le da más onda que decir casa a secas.

"La fiesta en el bar se puso bien tela, así que nos jalamos unas chelas y nos fuimos a mi jato con los patas a armar la verdadera rumba hasta que los vecinos empezaron a zapatear la pared."

En Trujillo, llamamos 'jato' a nuestra casa con cariño. No es cualquier casa; es ese refugio donde terminas la noche, pase lo que pase.

"Oe, causa, ¿pasamos por unas chelas antes de caer al jato?"

Forma bien coloquial para referirse a la casa, el hogar donde uno se siente cómodo y en confianza. Se usa mucho entre panas cuando hablan de irse a descansar, ver series, comer algo o simplemente no salir. Es como decir mi guarida o mi cuevita, y la verdad es que suena bastante acogedor.

"Mano, el jangueo estuvo brutal, pero ya estoy explotao, voy pa'l jato a tirarme en el sofá y pedir una pizza con extra queso."

En Perú, jato es la forma coloquial de decir casa, depa o el lugar donde vives y descansas. Es tu guarida, tu cueva, tu rincón sagrado donde te tiras en la cama a morir de sueño o a vaguear sin culpa. Suena cariñoso y cercano, y la verdad es que tiene bastante flow para decir hogar.

"Ya fue el tono, estoy hecho trapo. Me jalo a mi jato a tirarme en la cama y no saber nada del mundo hasta mañana."

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