Se usa para bardear con cariño a esa persona que vive pegada al celular, como si fuera un órgano más del cuerpo. Siempre está chusmeando redes, sacando fotos, mandando audios eternos o stalkeando a medio mundo. Básicamente, es alguien que no suelta el telefonito ni aunque se esté prendiendo fuego todo alrededor, y da un poco de risa verlo.
"Mirá a Juan, alto celujuente, en el asado no largó el telefonito ni para dar vuelta la carne y casi prende fuego la parrilla por contestar un mensajito."