Se usa cuando algo está tan bueno o te hace tan feliz que parece un milagro chiquito. Es como decir que estás en la gloria, que no podrías pedir nada más. Puede ser comida, un plan brutal o hasta una siesta legendaria. Y la verdad, cuando algo es gloria bendita, uno hasta se olvida de los problemas.
"Parce, ese calentao con arepa y café del Quindío estaba tan brutal que era pura gloria bendita, casi le pido matrimonio al desayuno."
Expresión utilizada para decir que algo es perfecto, inmejorable o maravilloso. Va mucho más allá de estar simplemente bien, es un nivel máximo de satisfacción.
"—Kiyo Paco, ¡qué bueno está este potaje! —Ufff, ¡gloria bendita!"
Se dice cuando estás tumbado en la playa con el mojito en mano y la toalla tirada sin estrés de ningún tipo. Es básicamente alcanzar el nirvana playero sin haberte movido del chiringuito.
"Después de zamparme aquel pescaíto frito, junto a la caipiriña bajo el sol, miré al Tomasito y dije: 'Compadre, esto es gloria bendita pura, no tiene más vueltas'."
Expresión muy cántabra que utilizas cuando algo te sorprende gratamente o te maravilla, como comer un buen cocido montañés después de estar todo el día en la nieve.
"Este sobao al desayuno es gloria bendita; casi se me saltan las lágrimas de lo bueno que está."
Hace referencia al momento inigualable y fugaz cuando, después de apurar la fiesta hasta casi entrada la mañana, el bar solitario te regala una tapa inesperada justo antes del primer metro, mitigando milagrosamente todo rastro de resaca.
"Ahí estaba yo a las seis de la madrugada bailándolo todo en los bajos de Argüelles, cuando aparece el Rober con una patata brava en la mano. Madre mía, aquello fue auténtica gloria bendita urbana."
Expresión que se usa cuando, después de un día lleno de líos y problemas, te encuentras finalmente en un lugar acogedor con amigos disfrutando de un buen talo con chistorra. Es la sensación de haber alcanzado la tranquilidad bilbaína después de un día complicado.
"Subiendo al monte Artxanda, me resbalé y casi ruedo hasta Abadiño, pero llegar arriba y ver el atardecer sobre el Botxo... Eso sí que fue gloria bendita, colega."
Usada cuando en medio de una bruma asturiana, la sidra te sale perfecta y te comes las mejores fabes de tu vida. Es el deleite inesperado que triunfa sobre la rutina climática.
"Después de abrir varios culetes dignos del campeonato anual, noté cómo caía el orbayu suavecito, me reí y exclamé: '¡Esto sí que es gloria bendita pura aquí entre vaquitas y praderita!'"
Se utiliza para describir esos raros momentos de felicidad plena, como encontrar asiento libre en la hora pico del subte o que tu equipo dé vuelta el partido en tiempo de descuento.
"Che, volví a casa y había milanesas en la heladera; eso sí que fue gloria bendita después de un día patagónico de humedad."
Cuando tu flamenquito favorito viene a tocar al bar donde te has pasado media vida y, encima, traen su rúcula del mejor acéitillo local para dippear sin que te claven pasta. Vamos, estás en el cielo terrenal sevillano.
"Anoche en Triana, el Manué se marcó unas risas con el cantaor Pepillo, luego devoramos ese aliño de tomates con más pasión que un ABC del domingo. Fue pura gloria bendita."
Expresión que se usa cuando, a pesar de estar atrapado en una situación urbana desafortunada, algo inesperadamente positivo ocurre para mejorar la experiencia.
"Estaba pillado en la ronda durante la hora punta, puteando al mundo entero, cuando escuché un temazo por la radio. Me transformó el trayecto en pura gloria bendita. ¡Qué acierto, tío!"