En Cuba se usa para decir que alguien está muy atractivo, elegante o en su mejor momento, como bien arreglado y con flow. También puede tirarse con un poco de guasa cuando alguien anda medio creído, todo presumido. Es de esas frases que sirven tanto para piropear como para bajarle un poquito los humos a la gente, según el tono.
"Asere, desde que cobraste y te compraste esos tenis nuevos estás fino, pareces reguetonero en video clip caro."
Cuando algo está de lo mejorcito, perfecto. Así como cuando estás con toda la buena vibra y felicidad.
"Chamo, después del conciertazo de anoche, ando que nada me quita el ánimo. ¡Estoy fino!"
En Salta se dice estar fino cuando alguien está re atento, enchufado y con todas las antenas puestas para chamuyar a alguien que le gusta. Es como estar en modo cazador romántico, pendiente de cada mensaje, cada historia y cada oportunidad. Suena medio exagerado, pero cuando uno está fino se le nota a kilómetros.
"Desde que conoció a Lucía, Juan está finísimo, vive pendiente del celu, le reacciona todas las historias y hasta se ofreció a llevarle el mate a la facu"
En Uruguay se dice que alguien está fino cuando anda muy delicado, con gustos caros o haciéndose el elegante, como si de repente fuera cheto de novela. Suele llevar bastante ironía, porque todos saben que en dos días vuelve a la vida normal. Es una forma divertida de pincharle el globo al amigo que se hace el fino.
"Mirá al Juan, ahora toma vino caro y come sushi todos los findes. Está fino el loco, pero el lunes vuelve a la milanesa con puré en el bar de la esquina."
En Falcón se usa para decir que algo está muy bueno, en excelente estado o que quedó de lujo. Puede ser un carro recién arreglado, un sancocho que quedó brutal o hasta el clima cuando está sabroso para ir a la playa. Es como darle sello de aprobación con cariño y un poquito de orgullo criollo.
"Chamo, ese sancocho que hiciste está fino, vale, con ese caldito me curo hasta la resaca del carnaval en Coro."
Se usa para decir que todo está en orden, perfecto o de lujo, como si la vida fuese una pista de baile sin tropiezos.
"Marico, después de salir del examen, me siento tan liberado... ¡Estoy fino!"
En Tucumán se dice que alguien está fino cuando está recaliente, con una bronca tremenda, a punto de explotar por cualquier cosa. Es ese estado en el que ya no mide lo que dice ni lo que hace, porque la calentura le nubla la vista. Básicamente, mejor darle espacio y no buscarle roña, porque salta a la mínima.
"No le digas nada a Juan ahora, está fino porque se le colgó el celu justo cuando iba a ganar la partida de Free Fire y casi lo estrella contra la pared."
En Navarra se usa para decir que alguien va contentillo con el alcohol, con ese puntillo majo en el que se anima, habla más, se ríe por todo y le entra la generosidad. No va ciego ni haciendo el ridículo, solo va fino, simpático y suelto. Es ese estado peligroso en el que siempre dices que te tomas la última y nunca es la última.
"Después del vermú en la peña, el Iñaki ya iba fino, cantando jotas a grito pelao, invitando a pintxos a medio bar y jurando que al día siguiente madrugaba para ir al monte"
En Caldas se usa para decir que alguien está muy bien presentado, elegante o hasta medio sabroso, como en su mejor versión. Puede ser por la ropa, el peinado o porque se arregló más de lo normal. Es ese día en que uno se mira al espejo y dice con orgullo que hoy sí salió a la calle a romper pescozos.
"Parce, vio a Juan en la fiesta del pueblo, con ese blazer y los zapatos nuevos, estaba tan fino que hasta la profe de sociales se quedó mirándolo."