En Buenos Aires se le dice bondi al colectivo, al bus de todos los días, ese que te lleva al laburo, a la facu o a cualquier lado. Suena cariñoso, aunque a veces vaya explotado y con olor a humanidad. Es parte del folclore porteño y, nos guste o no, todos tenemos historias arriba del bondi.
"Che, el bondi viene hasta las manos, pero si no me subo a este llego re tarde al laburo y mi jefe me cuelga de las bolas en la oficina."
En Uruguay se usa bondi para hablar del autobús de línea, el bondi de todos los días para ir a laburar, estudiar o volver hecho bolsa a casa. Es una palabra muy de la calle, bien rioplatense, que suena más cercana que decir simplemente ómnibus o colectivo. Y seamos sinceros, quejarse del bondi es casi deporte nacional.
"Llegué re jugado al examen porque el bondi venía hasta las manos y encima el chofer paraba a tomar mate con cada vecino del barrio"
En la porteña cumbia del transporte, el 'bondi' es el rey de las calles; un autobús que te lleva a todos lados, aunque a veces tarde o durante una huelga.
"Che, ¿a qué hora pasa el bondi? Estoy apurado y todavía en pantuflas."
Forma coloquial de llamar al colectivo o autobús. En Mendoza, lo usas para referirte a ese transporte público que siempre llega cuando no lo esperas.
"¡Vamos a apurarnos que el bondi no espera! Ya sabés cómo es: si no corrés, te deja seco."
En Tucumán bondi es el colectivo de toda la vida, el bus urbano donde se junta media ciudad a cualquier hora. Es parte del paisaje diario, con calor, bocinazos y gente colgada de la puerta. A veces va tan lleno que ni el aire entra, pero igual todos se suben porque si lo perdés, fuiste.
"Che, apurate que si perdemos el bondi nos comemos cuarenta cuadras al rayo del sol y llegamos al laburo hechos sopa."
Así se le dice al colectivo (autobús) de toda la vida, ese medio de transporte que te lleva a todos lados en la ciudad porteña.
"Che, ni loco voy caminando, me tomo el bondi y llego en un toque."
Forma relajada y común de llamar al autobús en Argentina. Es una palabra que se escucha mucho en las calles y en el bondi se viven las mejores anécdotas cotidianas.
"Che, si el calor sigue así, me voy a derretir esperando el bondi bajo el solazo como un helado mal puesto."
En Argentina se le dice bondi al colectivo, al bus de toda la vida, sobre todo al urbano que te pasea por todo el pueblo o la ciudad. Es la típica palabra que usás cuando contás la odisea diaria para ir a laburar o a la facu. Y hay que admitir que suena mucho más simpático que decir simplemente autobús.
"Che, me quedé sin nafta en el auto y ahora tengo que clavarme el bondi a las seis de la mañana, lleno de gente medio dormida y con olor a café derramado."
Forma coloquial y desenfadada de referirse a los autobuses en esta parte de la Patagonia argentina. Aquí no decimos 'bus' ni 'ómnibus'; somos más cancheros.
"Che, ¿me prestás unos mangos para el bondi? Si no, me toca hacer dedo hasta casa."