Se usa cuando alguien se lanza con todo a regañar, criticar o poner a la gente en su sitio, sin guardarse nada. Es como si estuviera dando palos, pero solo con palabras bien duras. Suele sonar cuando alguien pierde la paciencia y decide decir todas las verdades de golpe, y a veces hasta da gusto verlo.

"El profe llegó, vio el desorden en el salón y empezó a repartir leña a todo el mundo, que hasta el más bocón se quedó quietecito mirando el piso."

Cuando una competición de pulso dura tanto y es tan reñida, que los contendientes parecen dos leñadores enfrentándose en un combate épico pero con las muñecas, cada empuje parece derribar un tronco imaginario.

"Los del bar echaron una apuesta en pesos ya cuando Manolín empezó a repartir leña en esa competición de pulsos. Las bisagras de la barra casi se sueltan."

En el tango argentino, esta expresión significa moverse con ritmo en la pista de baile y lograr verwonder a todos con movimientos candentes. Se usa en los milongueros para describir una noche intensa de tanda en tanda.

"Ayer en la milonga, Luisito repartió tanta leña bailando que todas las tangueras hacían fila para su tango."

Descripción utilizada para los mercadillos callejeros, donde los vendedores gritan ofertas animadas y ofrecen sus productos con energía para arrancarle un billetico a cada transeúnte. Es el dinamismo del trueque y la charla comercial en su máxima expresión.

"Paco decidió montar su puesto de calzado este sábado en el mercado; estaba convencido de que iba tan 'a repartir leña' que hasta las zapatillas encontraron el camino para desfilar volando de allí."

Expresión usada para referirse a alguien que está regañando fuerte o armando una bronca bien sabrosa. Indica que están lanzando críticas o insultos de manera contundente.

"Llegué tarde y mamá empezó a repartir leña; hasta el perro se escondió."

En Murcia se usa para hablar de salir de fiesta con ganas de desfasar fuerte, darlo todo y acabar reventado pero contento. Es como anunciar que la noche va a ser intensa, con mucho alcohol, baile y cero ganas de recogerse pronto. Vamos, que si alguien dice esto, mejor calentar bien el hígado.

"Esta noche vamos a repartir leña por la zona de las tascas, así que vete cenado que luego no te sostienes ni en la barra."

En el intricado arte de preparar un buen sancocho, esta expresión define a quien se pone al frente de la hoguera culinaria, menea la caldera cual tronco dando vueltas y añadió ingredientes hasta alcanzar una sopa ajena al trueno del hambre necesitado, repartiendo calor en cuerpo y alma.

"Ayer soltó que su familia iba para casa; me tocó repartir leña toda la tarde cocinando el sancocho más épico del barrio. Hasta el vecino trajo pan porque lo olfeteó desde dos calles más allá."

Expresión usada para hablar de alguien que está dando caña o criticando a diestro y siniestro, sin dejar títere con cabeza.

"No veas cómo repartió leña María ayer en la reunión, dejó al jefe temblando y a todos con la boca abierta."

En el ámbito tecnológico, se refiere a quien resuelve problemas informáticos con la misma intensidad que un leñador abatiendo árboles. Utiliza métodos poco ortodoxos pero efectivos, dejando el sistema reposado, casi reforestado.

"Juan conectó cables aquí y allá hasta repartir tanta leña digital que dejó la red funcionando más rápido que nunca. ¡Es el leñador del cibercódigo!"

Cuando tus abuelos juegan al domino con tal pasión que cada ficha es como si lanzaran troncos, repartiendo estruendos y carcajadas al mismo tiempo. Se dice que 'reparten leña' cuando el juego se obtiene ruidoso y competitivo.

"Anoche en la casa de los abuelos la mesita cupo temblar de tantas que partieron leña mientras jugaban dominó; hasta los vecinos se asustaron de tanta bulla."

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