Se refiere a un intercambio o trueque, a menudo de objetos usados. Es como un regateo en el mercado donde terminas con algo diferente pero igual de curioso.
"Hice un cambalache con el vecino: le di mi licuadora rota por su tele que solo muestra estática. ¡Vaya negocio redondo!"
Una forma campechana de decir trueque, pero con un aire de relajo y desmadre porque aquí todo se arregla con una plática y buen humor.
"Ayer hice un cambalache con el vecino: le di una docena de empanadas y me soltó un balde de camarones frescos. ¡Qué transacción más sabrosa!"
Es cuando haces un trueque o intercambio de cosas, pero a lo criollo. La clave está en manejar bien el verbo y salir ganando con algo mejor de lo que ofreciste.
"Ayer hice un cambalache de mi cabra por dos gallinas y una botella de cocuy. ¡Salí ganando!"
En Tabasco, un cambalache es cuando los compas deciden intercambiar cosas, porque el dinero no siempre alcanza y la solidaridad manda.
"Oye, Juancho, si me das esa gorra, te regalo mi camiseta del Jaguares. ¡Va de cambalache!"
Se usa para referirse a un intercambio desordenado o improvisado, casi como un trueque callejero entre amigos: lo que tengas por lo que tenga.
"Esa calavera de azúcar no tiene chiste, mejor hacemos un cambalache con mis mazapanes."
Se refiere al sistema de trueque o intercambio que hacen entre conocidos, usualmente debido a un apuro económico o simplemente por no querer gastar en el súper.
"¡Ey, primo! ¿Te late si hacemos un cambalache? Te paso mi bicicleta y tú me das esa tele vieja que ya no usas."