Se usa cuando alguien se manda una cagada importante, de esas que hacen ruido en todo el barrio y quedan para la anécdota eterna. Es como decir que el error fue tan grande que dejó marca y todo el mundo se enteró. No es literal, obvio, pero cuando suena la campana así, sabés que alguien se mandó flor de macana.
"Che boludo, el Juan mandó el mail con el presupuesto equivocado al cliente más grande de la empresa, ahí sí que le sonó la campana y ahora el jefe lo tiene marcadísimo."
Se usa cuando alguien recibe un golpe tan duro que casi ve estrellitas, o cuando una noticia lo deja noqueado del susto. Viene de la imagen del boxeador al que le suena la campana porque está grogui. Es muy de barrio, muy gráfica y, la verdad, bastante divertida cuando no eres tú el que recibe el golpe.
"El pana iba caminando pendiente del teléfono, no vio el poste y ¡pum! sonó la campana y quedó viendo pajaritos en pleno centro de Valencia."
Se usa cuando a alguien ya lo cacharon, ya se metió en broncas o le llegó la hora de pagar las consecuencias. Es como decir que se acabó el juego y ya no hay forma de zafarse. Muy de cuando la riegas y el destino te cobra factura sin avisar, aunque a veces hasta da risa ajena.
"El Chuy andaba bien confiado robándose el wifi del vecino y le sonó la campana cuando llegó el vato con el recibo en la mano y cara de pocos amigos."
Expresión usada para describir a alguien que alardea excesivamente de un logro, aunque no sea un gran hito.
""Míralo, se compró esa troca viejita y anda sonando la campana como si fuera un Ferrari.""
Se refiere a cuando algo se revela o se descubre inesperadamente. Como cuando alguien esperaba que todo quedara en secreto, ¡y de repente!, todos se enteran.
"Pensó que nadie sabría de su crush con Juanito, pero en el chisme del grupo sonó la campana y ahora todos lo saben."