En Mendoza decir que alguien es rancio es tratarlo de amargo, aguafiestas o medio vinagre dentro del grupo. Es esa persona que siempre pone peros, nunca se copa del todo y corta el clima cuando todos están de buen humor. Como un vino que se quedó destapado demasiado tiempo y ya no levanta ni al más optimista.

"Che, el Nico está re rancio últimamente, todos armando asado con fernet y el loco cayó temprano, sin ganas y encima criticando la playlist."

En Caracas, 'rancio' se utiliza para describir a alguien o algo que es aburrido, anticuado o simplemente insoportable. Es esa vibra de fastidio que nadie quiere tener cerca.

"No invites a Carlos a la fiesta, ese pana siempre está con su actitud rancia y nos va a amargar el rato."

En Biobío decir que alguien está rancio es tratarlo de pesado, latero y medio amargado, como queso olvidado en el refri. Es esa persona que anda tirando mala onda, reclamando por todo y cortando el carrete. No es un insulto brutal, pero igual duele un poquito cuando te lo tiran a la cara.

"Oye, deja de ponerte rancio, compadre, si es solo un asado piola, tráete unas chelas y deja de alegar por el humo y la música fuerte."

En Nueva Esparta, 'rancio' se usa para describir a alguien que es un fastidio o malhumorado, el típico aguafiestas de la parranda.

"Chamo, no invites al pana Gustavo porque siempre anda rancio y nos apaga la fiesta con sus cuentos tristes."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!