Llamada de atención colorida y exagerada que hace tu abuela para que aplaques conejo cuando estás dando saltos malabares con la tortilla de patatas en el aire.
"Chiquita, deja ya los aspavientos o te va a caer una mota del tamaño de un monumento sevillano por parte de la abuela."
Sensación de sueño profundo que te da después de comer en exceso, especialmente cuando te tumbas en la cama tras la sobremesa.
"Cáchate, Ángel comió tanto pastel que le dio una mota del quince y se quedó sobando hasta el lunes."
Ese moño rebelde que se forma en la cabeza cuando llevas días sin peinarte y abrazas el lema de "entre más grande, mejor".
"Cuidado con la mota, Carmen, que llevas semanas amasándola y parece un nuevo tipo de arquitectura capilar."
Pelusa en el ombligo que se acumula después de muchos meses de atracones y siestas exprés.
"Cada vez que echo la siesta, acabo recolectando más mota en el ombligo que una lavadora en pleno centrifugado."
Denominación irónica para describir esas moscas que se cuelan a toda prisa cuando abres la ventana y te pasas media hora tratando de echarlas.
"El verano trae sus típicas motas, penetran en mi salón justo cuando cierro la persiana para la siesta. ¡Verdaderas acróbatas del aire las jodías!"
Pequeñas manchas de nubes oscuras que aparecen en el cielo justo cuando organizas una barbacoa al aire libre. Es como si el clima se pusiera de acuerdo para fastidiarte el plan.
"Este domingo pillamos mal la previsión y las motas del cielo nos mandaron directos a asarnos bajo el grifo. ¡Vaya tela con el tiempo!"
Palabra muy usada en México para referirse a la marihuana, casi siempre en plan recreativo y relajado. Suena más de barrio que decir cannabis, y se usa entre amigos cuando hablan de armar un porro, ponerse bien o llevar algo para la fiesta. Es coloquial, directa y la vas a escuchar en todos lados.
"Ese compa siempre cae con mota a las pedas, ya hasta parece proveedor oficial del grupito"