Trabajo en el que, a pesar de planearlo todo, siempre surge algo inesperado que complica las cosas.
"Desde que Lucía trabaja como arquitecta freelance, su vida es una chamba de a de veras; entre clientes que cambian de opinión y planos que desaparecen, está lista para protagonizar su propia serie."
Trabajo en el que, aparte de tus tareas habituales, serás designado espontáneamente como experto en programar equipos ajenos al espacio exterior y consejero áulico para incompatibilidades tecnológicas entre tostadoras inteligentes y asistentes de voz.
"Jordi lo intenta de nuevo menguar imaginándose otra vez ocurre pero no avanza sabemos, 'la chamba de a la veras', asume; lidar intensamente controla #doblePh Reading USB buscando discutir alguna chip por su vida cartel, cada día dispositivo avaluonas mensajes admirable barcelona señoríaspeed."
Se usa para describir un trabajo que es tan agotador y divertido a la vez, que termina siendo el equivalente laboral de una montaña rusa: te mareas, gritas y al final solo quieres comer nachos en paz.
"Desde que abrió la taquería 'El Infierno' y decidió meterse ahí, para Esteban su vida es pura chamba de a de veras; duelo con tortillas voladoras y la playlist non-stop de cumbias son pura adrenalina."
Trabajo que, además de ser importante, implica habilidades ocultas tipo ninja o un nivel secreto de expertise no evidente para los demás.
"Desde que Martín es CEO, sus días se convirtieron en una chamba de a de veras; entre tanto Excel y horarios desbordados, ya es más mi sensei que jefe."
Trabajo que no solo es importante, sino también un excelente pretexto para financiar esas carnitas asadas del sábado.
"Mario llegó diciendo que ahora tenía una chamba de a de veras, y todos sabemos que es solo porque quiere cambiar el asador por uno de esos churrascos deluxe."
Trabajo donde cada semana parece que estás en un universo paralelo diferente, enfrentando desafíos como rendir cuentas a CEOs intergalácticos o lidiar con problemas cuánticos.
"Andrés dice que su nueva empresa de tecnología está tan desfasada que cada lunes es una chamba de a de veras; parece que necesita una portátil salvada del último apocalipsis galáctico."
Trabajo donde no solo te pagan por tus labores, sino que te convences a ti mismo de que en algún capítulo oculto de tu vida firmaste un contrato con el Club del Estresado Anónimo y ahora pareces el evento principal.
"Renata dice que finalmente consiguió una chamba de a de veras; claro, entre reuniones fantasma y prevenir colapsos cerebrales, se siente lista para publicar su autobiografía 'Manual del ingeniero zen con 300 horas por semana'."
Trabajo donde empiezas el día como el rey del cafecito gratuito y lo terminas sudando tinta porque cada informe entregado decide el clima del fin de semana: llueve barro o hay playa.
"Desde el martes, Juan tiene una chamba de a de veras en la portuaria; antes solo evaluaba pronósticos basados en Excel, sobreviviendo a la semana con sopas industriales purgantes."
Un trabajo que, además de ser una responsabilidad monumental, viene con la habilidad obligatoria de bailar como un artista flamenco para esquivar todas esas microtransacciones burocráticas y situaciones absurdas del día a día.
"Desde que Tomás empezó con esa chamba de concesionario en Sevilla, no solo vende coches, ahora también organiza corrilos internos imaginarios mientras evita los 'olés' administrativos.Chico, llama a ese gitano 'Excel' antes que madre avise."
Expresión muy mexicana para hablar de un trabajo serio, formal y con responsabilidad, no una chambita improvisada que haces por mientras. Se usa cuando algo implica compromiso real, presión y consecuencias si la riegas. Es como decir que ya estás jugando en ligas mayores, así que más te vale ponerte las pilas.
"Ya no ando de godín temporal, ahora sí traigo chamba de a de veras, con junta a las ocho, tráfico infernal y jefe que se pone loco si llego dos minutos tarde."