Significa gastar el dinero desenfrenadamente el primer día de cobro del mes, perseguir la euforia que trae una billetera rebosante aunque las facturas peleen por los fondos restantes.
"Tino ya recibió su sueldo y salió a comprar gadgets como si no existiera un mañana. ¡Va, ese va andando corriendo la liebre digital con estilo!"
Se dice de alguien que sale con un hambre insaciable, dispuesto a disfrutar de todos los aperitivos en las tapas como si cada platillo fuese una hazaña culinaria por descubrir. La liebre no solo es perseguida, sino honrada en forma de bocados.
"Mira a Paco; allí va, trazando su ruta entre bares y tapas. Hoy salió decidido a andar corriendo la liebre hasta caer rodando al final del tapeo."
Se usa para describir a alguien que intenta hacer muchas cosas alocadas a la vez, como si persiguiera la adrenalina de una persecución, pero sin mucho éxito en la planificación.
"Juan quiere abrir un bar, ser DJ por las noches y aprender a tejer... ¡Vaya manera de andar corriendo la liebre!"
Hacer planes con amigos que siempre se cancelan en el último minuto, como si uno estuviera tratando de capturar una liebre esquiva sabia en la evasión. Puro amor por lo informal y contingente.
"Cada vez que intentamos juntarnos, acaba por 'endpoint', ya sólo cuento los whatsapps de excusa; nuestra timidez anda corriendo la liebre todo el tiempo."
Se usa para hablar del que anda de infiel, buscando aventura fuera de la relación, ya sea ligando en el antro o texteando a escondidas. Es como decir que anda de ojo alegre y con la hormona alborotada. Suena chistoso, pero si te la aplican no hace nada de gracia, así que aguas con la liebre.
"No manches, vi al Toño bien pegado a una morra en el antro de la Hidalgo, ese vato anda corriendo la liebre cada fin y su esposa pensando que está jugando dominó con los compas."