En Cuba se usa para hablar de una mentira bien gorda, una promesa inflada o un cuento que nadie con dos dedos de frente se cree. Es como decir que te están vendiendo humo con mucha labia y cero intención de cumplir. A veces da risa, pero también quema cuando te das cuenta del paquete que te metieron.
"El tipo me juró que en dos semanas me tenía el carro como nuevo y mira, tres meses después sigue en el taller, eso fue tremendo paquete que me comí."
Expresión usada para describir una mentira exagerada o un rumor inflado, algo tan caliente como el fuego pero completamente hueco.
"Dice Juan que ganó la lotería y se va a comprar un yate... ¡Qué tremendo paquete está echando!"