En Áncash se dice ruedear cuando alguien se descontrola en la fiesta, se pone a dar vueltas por la pista, baila como trompo y no quiere parar ni a balazos. Es ese momento en que el tono ya está prendido, la música revienta y el pacharaco incansable sigue hasta que lo sacan a empujones. Y hay que admitir que tiene su gracia.
"Estábamos en el tono bien chill y de la nada el Cholo se puso a ruedear por toda la pista, abrazaba a medio mundo y casi tumba la mesa del DJ con su baile loco."
En Risaralda se usa para hablar de alguien que da vueltas y vueltas sin lograr lo que busca, ya sea caminando, en carro o hasta en la vida misma. Es como andar rondando sin rumbo claro, gastando tiempo y energía. A veces suena a burla cariñosa, como diciendo que la persona está embolatada pero con estilo.
"Parce, llevo toda la tarde ruedeando por el centro buscando tenis baratos y nada que pillo, ya me duele hasta el orgullo de tanto dar lora por esas calles."
Hacer planes y dar vueltas en la vida sin un objetivo claro, como una rueda que no se detiene.
"Mariana lleva todo el día ruedeando por el centro comercial, y ni siquiera ha comprado un chicle."