Expresión campechana para cuando alguien liga, conquista o se consigue pareja casi sin buscarlo, como si se encontrara algo chido tirado en el suelo. Es como decir que tuvo suerte en el amor y se llevó un premio inesperado. Suena inocente, pero trae su picardía escondida, y la banda la usa con bastante cotorreo.
"No manches, el Toño fue nomás por las chelas a la kermés del barrio y regresó agarrado de la mano de una morrita, ese vato sí que recogió un chicle sin querer queriendo."
En Barcelona, se usa para referirse al acto de tomar una oportunidad casualmente en un momento justo, similar a cuando encuentras chicle nuevo en oferta limitada.
"Adri decidió que era su día de suerte y recogió un chicle al convencer a su jefe de darle el viernes libre después de volver del almuerzo."
Expresión madrileña que se usa para referirse a tropezarse accidentalmente con un problema o situación pegajosa que no esperabas, al igual que cuando pisas un chicle en mitad de la calle.
"Sara iba tan tranquila al curro hasta que recogió un chicle y ahora tiene que quedarse horas extras por un lío en el sistema."
En el contexto valenciano, se refiere a cuando alguien aparece de repente en una reunión o evento donde no estaba invitado pero decide quedarse, igual que un chicle inesperado que se pega a tus zapatos y te acompaña hasta casa.
"Ayer estábamos de tranquis en casa viendo pelis cuando apareció el Pepe y, como quien recoge un chicle, terminó quedándose a cenar y se llevó su tupper."