En Ayacucho se usa para decir que alguien se hace el loco y finge que no ha visto a otra persona, todo bien calculado para evitar el saludo o la conversa. Es como activar modo sigilo social cuando no quieres cruzarte con alguien. Suena inocente, pero a veces es un arte fino esquivar gente incómoda.
"Estaba caminando tranqui por la plaza, vi venir a mi ex con su nueva conquista y al toque tuve que lonchar, me metí a la bodega como si estuviera buscando chizitos."
En Chaco, 'lonchar' se usa para describir la acción de comer en exceso, especialmente en reuniones familiares donde el asado es protagonista.
"El domingo pasado nos fuimos a lonchar con los primos; casi rodamos de vuelta a casa de tanto choripán que comimos."
En Quintana Roo se usa lonchar para hablar de comer algo rápido tipo lunch, casi siempre una torta, un sándwich o lo que se consiga en la tiendita cuando ya ruge la tripa. Viene del inglés lunch y suena medio pocho, pero la banda lo usa diario y la neta ya se siente palabra de la casa.
"Ya apúrate, güey, que en el receso vamos a lonchar unas tortas de cochinita con su habanerito y si llegas tarde ni las migajas te van a tocar."
Irse de paseo, explorar o hacer cualquier cosa más divertida que estar en casa.
"No me esperes a comer, que me voy a lonchar con los panas al río. ¡Va a estar brutal!"
En Santiago del Estero se usa lonchar para hablar de un almuerzo bien potente, casi siempre con asado, vino o fernet y una sobremesa eterna que termina en siesta. No es solo comer, es cortar el día al medio para clavarse un banquete con la banda. Y la verdad, es una costumbre que habría que copiar en todos lados.
"Che loco, dejá de hacerte el fitness con la ensaladita, hoy vamos a lonchar en lo de mi tío con asado, choris, fernet y después siesta bajo el algarrobo."