Expresión venezolana para hablar de alguien que se la pasa adulado y adulado a otra persona con poder, todo para sacar ventaja. Es como decir que está arrastrado, que vive pendiente de caerle bien al jefe, al profe o a quien mande. Es un sinónimo más criollo de chuparle las medias, y hay que admitir que suena bien sabroso.

"Marico, deja de jalar bolas al jefe, que ya hasta el vigilante se dio cuenta y se burla de ti en la garita."

Actividad física de alto rendimiento donde alguien hace una coreografía magistral de adulaciones frente a su jefe directo, digna de un premio teatral por levantar más sentimientos que una telenovela completa.

"Fernando se mandó una rutina olímpica jalando bolas al gerente; le faltó el salto con tirabuzón cuando descubrió que era para venderle rifas del cumple."

Técnica milenaria de sutileza y maña donde alguien se convierte en el adulador profesional del grupete, al punto que termina recalando hasta en los grupos de Whatsapp familiares para caer simpático a sus futuros suegros.

"Desde que Pepe empezó a jalarle bolas a la madre de Claudia, no hay comida dominguera sin trapo polar en el grupo."

Innecesario acto teatral donde un individuo lanza piropos tan empalagosos a un superior que el nivel de azúcar haría explotar cualquier candy crush.

"Eduardo se desvivió en flores para doña Génesis, pero su maníaca jala de bolas se topó con una temeraria resistencia diabética y ella ni mosca."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!