En Apurímac se usa para hablar de alguien que anda midiendo todo al milímetro o exagerando cantidades mínimas para presumir. Es como cuando uno se cree rico por tener dos soles en el bolsillo. Sirve tanto para el que pesa hasta la última migaja como para el que alardea de cosas que en verdad valen poquito.

"Oye, deja de gramear tu almuerzo, causa, que estás contando tus tres papas como si fueran banquete de matrimonio en Abancay."

En Lara gramear es montar una rumba improvisada con lo que haya, sin mucha planificación ni lujo, pero con ganas de pasarla bien. Puede ser desde poner un cornetón en la sala con refresco caliente y hielo contado hasta armar un sancocho a medianoche. La cosa es que se prenda el ambiente, porque donde hay larense hay fiesta.

"No teníamos ni plata ni luz estable, pero igual nos pusimos a gramear en el porche, con una corneta medio dañada, cocuy en botellita reciclada y terminamos bailando hasta con el perro cuando volvió la electricidad"

Salir a cotorrear en busca de chismes frescos; es decir, enterarse de las últimas noticias sabrosas del barrio.

"Voy para la esquina un rato a gramear a ver si alguien tiene un bochinche nuevo."

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