Un gallo es alguien que se echa flores, que presume de algo con tal seguridad que casi te hace creer lo imposible.

"Ve, ese man es un gallo, dice que saltó la barda del estadio ¡como si fuera Superman!"

En Chile, y en especial en Santiago, un gallo no es solo el animal del corral. Se usa para hablar de algo raro que aparece en la comida, como un pelo o un pedazo de plástico perdido, y también para ese quiebre feo de la voz cuando cantas o hablas fuerte. Es de esas palabras que salvan cualquier anécdota vergonzosa.

"Estaba cantando en el karaoke del bar y me salió un gallo tan ordinario que hasta el DJ se rió, casi me bajo del escenario de pura plancha."

En Guinea Ecuatorial se llama gallo a la persona que va por ahí pavoneándose, creyéndose la última Coca-Cola del desierto y presumiendo de todo lo que tiene o dice tener. Es el típico que entra en un sitio haciendo ruido para que todo el mundo le mire. A veces hace gracia, pero también puede cansar bastante si no se baja del pedestal.

"Ese gallo de la oficina no falla, cada lunes viene contando cómo ligó el finde, cómo gastó pasta en el bar y cómo todos lo miraban como si fuera famoso."

En San Luis Potosí se usa gallo para hablar de un coraje rápido, un enojo que te prende de golpe por algo que te saca de onda, pero que se te baja al ratito. Es como un arranque de mal humor medio ridículo, de esos que luego hasta dan risa. Y la neta todos hemos traído un gallo así alguna vez.

"Iba bien contento por su elote y que se lo gana otro vato, y ahí va el compa con el gallo, aventando la gorra y refunfuñando por toda la plaza"

No, no hablamos del animal. Aquí es cuando alguien 'se pasa de listo' y alardea demasiado de sus habilidades o conquistas amorosas. Básicamente, lo que viene siendo un bocachancla premium.

"Mira a ese tío mirando al espejo mientras flexiona los bíceps, ¡qué gallo más pesado!"

En Loreto, decir que alguien es un gallo es llamarlo valiente, decidido y medio temerario, de esos que se tiran de cabeza sin pensarlo mucho. Es el pata que no se achica ante nada, se mete en cada aventura y encima sale riéndose. A veces es halago, a veces advertencia tipo cuidado con este gallo que es bien loco.

"Oye, compadre, eres bien gallo, ah. Te metiste al río lleno de caimanes, cruzaste nadando y todavía tuviste cara para pedir otra chela en la orilla."

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