Se usa para decir que alguien está demasiado dulce, cariñoso o meloso, tanto que ya casi empalaga. Es como cuando a una persona se le sube el azúcar del romanticismo y anda repartiendo besitos, abrazos y palabras cursis a todo el mundo. A veces hace gracia y a veces provoca decirle que se calme un poquito.
"Desde que tiene novia nueva, el pana Luis anda todo azucarado, manda notas de voz cantando vallenato y hasta le escribe poemas en los estados de WhatsApp."
Se dice de alguien que está de un humor increíblemente bueno, súper amable o cariñoso como si hubiese desayunado arcoíris.
"Antes no te soportaba, pero desde que estás azucarado todos los días, ¡da gusto charlar contigo!"
Cuando alguien está de un humor tan dulce que parece tener una sobredosis de alegría o cursilerías.
"¡Mirá a Ernesto! Desde que anda con Luisa, vive tan azucarado que hasta las hormigas lo siguen."
Cuando alguien está de un humor inusualmente dulce y amable, casi como si se le hubiese olvidado ser gruñón.
"Hoy el jefe llegó al trabajo saludando a todos con una sonrisa... ¡parece que amaneció azucarado!"