Dormir un rato corto, una mini siesta para recargar pilas sin meterse en un sueño profundo.
"Quillo, estoy reventao; después del puchero me voy a echar una cabezadita en el sofá y luego ya si eso vemos qué hacemos."
Cuando pretendes pasar un rato viendo la tele, pero te encuentras despertando con el control remoto bajo el codo.
"Juan estaba tan a gusto viendo el partido, que acabó echándose una cabezadita y soñando que era el comentarista estrella."
Desconectar del mundo mientras pretendes estudiar, optimizando el poder del libro como alfombrilla para el ratón cerebral.
"Lucas decidió repasar apuntes, pero cinco minutos después estaba echando una cabezadita sobre matemáticas que seguramente resolvió en sus sueños."
Perderte un rato intentando meditar y acabas roncando más fuerte que el estéreo del vecino.
"Elena quiso probar yoga virtual, pero dio igual: a los tres minutos ya estaba echándose una cabezadita con ronquido zen."