Expresión muy maja para hablar de una siesta corta, suave y bien gustosa, de esas que te dejan nuevo sin desaparecer toda la tarde. Es como decir que te tumbas un rato y te visita un ángel para arreglarte el cuerpo y la cabeza. No es dormir a lo bruto, es un descansico fino y con encanto, casi un pequeño lujo diario.
"Tú vete friendo los huevos con jamón, que yo echo un ángel diez minutos en el sofá y luego ya remato la faena como un campeón"