Se usa para hablar del amigo que mata el ambiente cuando todo iba de lujo. Están todos riéndose, la conversación fluyendo, y de pronto suelta algo aburrido, fuera de lugar o con cero gracia y pum, se apaga la fiesta. No es un insulto hardcore, pero sí un toque de burla cariñosa. Y hay que admitir que todos tenemos un cortacorriente en el grupo.
"Estábamos chupando en la esquina, todos cagados de risa con las anécdotas, y de la nada el Chato se pone a hablar de impuestos, qué cortacorriente ese pata, nos dejó en modo silencio total"