Expresión boliviana que se usa cuando alguien se queja, reclama o habla y habla, pero nadie le da bola. Es como desahogarse frente a la wiphala, que está ahí firme, colorida y muda, sin responder nada. Sirve tanto para cuando nadie escucha como para cuando escuchan pero igual pasan olímpicamente. Y hay que admitir que la imagen es buenísima.
"Hermano, yo ya le charlé a la wiphala toda la tarde sobre el aumento del alquiler y estos changos siguen como si nada, tomando su té y hablando de la novela."