En Paraguay decir que alguien es una cabeza es como decir que es un dramático profesional, que se arma novela por cualquier tontería y se busca quilombo donde todo estaba tranquilo. Es esa persona que le da mil vueltas a todo, se complica sola y encima arrastra a los demás. Y hay que admitir que a veces hasta entretiene verlo.
"Dejá nomás, Ana, no seas cabeza, era solo un mensajito y ya estás armando telenovela como si te hubiera dejado plantada en el altar."