Expresión jujeña para hablar de alguien que se recalienta al toque, que salta por cualquier pavada y se enoja como si le hubieran pisado el poncho. Es esa persona que pasa de cero a cien en un segundo y arma bardo por cosas mínimas. Y sí, suele ser bastante divertido mirarlo desde afuera, mientras no te toque a vos.
"Che, ni se te ocurra decirle a Laura que llegó tarde porque se pone como ají loco, te grita delante de todos y termina armando un quilombo bárbaro en la oficina."