Se usa cuando alguien tiene a otra persona súper controlada, casi domada, como con correa corta. Puede ser en pareja, en la pega o en la casa, cuando uno manda y el otro obedece todo sin chistar. No siempre es literal ni violento, pero igual suena a que el control está pasado de rosca, aunque a veces da risa.
"Desde que se casó con la Claudia, el José no se va ni a la esquina sin pedir permiso, la loca lo tiene pero que lo trae cortito, parece cabro chico pidiendo hora pa' salir."