Se usa cuando alguien anda bien prendido de la fiesta, ya con varias copas encima y sintiéndose invencible. Va caminando tambaleado, hablando fuerte, echando desmadre y creyendo que puede con todo, aunque apenas coordina. Es ese punto donde ya no está borracho normal, ya trae al tigre bien agarrado, y la cosa puede acabar en anécdota o en oso tremendo.
"No manches, el Chuy llegó tranquilo, pero a la tercera botella ya traía al tigre, quería aventarse palomazo con la banda y hasta ligar a la novia del cumpleañero"