En Chaco se usa para hablar del lugar donde se arma la previa antes de salir de joda, donde se juntan los pibes a tomar algo, charlar y cranear la noche. Es como el punto de partida de las mejores historias, donde se siembra el descontrol y después se cosechan anécdotas épicas. Y la verdad, cuando el semillero está bueno, la noche casi nunca falla.

"Che, hoy el semillero es en lo de la Gabi, caé temprano que ya están cayendo todos con el fernet y después rajamos al boliche de una."

En San Luis se le dice semillero al lugar donde se junta la gente a tirar chisme, sembrar rumores y agrandar quilombos. Puede ser una casa, un negocio o la vereda donde siempre hay mate y lengua filosa. Si querés saber el último culebrón del barrio, caés al semillero y salís con temporada completa.

"No iba a salir hoy, pero me escribió la Tere que estaban todos en el semillero y caí de una, salí de ahí sabiendo hasta qué comió el vecino del 3B hace dos días."

En Tierra del Fuego, un semillero no es solo donde plantás lechuguitas, también es el punto de encuentro donde brotan chismes, anécdotas y quilombos varios. Es ese lugar donde se junta todo el mundo y siempre sale alguna historia nueva. Y hay que admitir que cuando se arma buen semillero, el chusmerío es un espectáculo.

"Che, ni se te ocurra faltar al asado del domingo, va a estar todo el barrio y eso va a ser un semillero de chismes, anécdotas raras y quilombos dignos de novela turca."

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