En Norte de Santander se usa para cuando alguien empieza a soltar chismes, cuentos sabrosos o historias jugosas que tenía guardadas. Es como destapar la olla de los secretos del barrio. A veces es divertido, a veces incómodo, pero siempre anima la conversación. Y hay que admitir que cuando sacan el trapo uno se arrima a escuchar.
"Parce, apenas llegó la tía al almuerzo familiar y ya empezó a sacar el trapo de todos, hasta contó cuando el primo se emborrachó y terminó cantando rancheras al vecino"