Se usa cuando ese último trago de licor, casi siempre cañazo o aguardiente bien bravo, se alarga más de la cuenta porque nadie quiere ser el valiente que lo termine. Todos hacen como que brindan, conversan, se hacen los locos y la pota sigue ahí, dando vueltas en la mesa. Es muy de jarana larga y resaca asegurada.
"Oe causa, ya media hora dando vueltas y nadie se anima, ya pues, alguien que rinda la pota que si no amanecemos con ese último traguito mirándonos feo."