Se usa cuando alguien va a la tienda o al abasto a comprar algo sencillo, casi siempre cualquier cosita que haga falta en la casa. Pero la gracia está en que también es la excusa perfecta para salir a despejarse, echar cuento con los vecinos y enterarse del chisme fresco del barrio. Es muy de pueblo, muy de esquina y muy sabroso.
"Voy a echarme una comprita en la bodega de la esquina, que hace falta pan y de paso veo qué nuevo chisme se está tirando Doña Carmen con las vecinas."