Se usa cuando alguien queda como un ingenuo, medio bobo o demasiado confiado, sobre todo si lo terminan engañando de forma bastante obvia. Es como hacer el ridículo por creer cualquier cuento, y la gente alrededor se aguanta la risa. Duele un poquito al ego, pero hay que admitir que a veces es merecido por confiado.
"¿De verdad le pasaste tu clave al tipo ese del grupo de WhatsApp porque dijo que era del banco? Hermano, quedaste como pajuato frente a todo el mundo en la oficina."