Expresión muy uruguaya para decir que algo es un plomo, súper aburrido o pesado al punto de sacarte las ganas de todo. Se usa para quejarse de planes eternos, trámites, clases o cualquier cosa que te haga mirar el reloj cada dos minutos. Y hay que admitir que la palabra tiene su gracia cuando la soltás con bronca.
"Bo, la reunión esa de tres horas fue un embole, terminé dibujando chanchitos en la libreta para no dormirme delante del jefe."