Se usa cuando alguien se pega el pique a una cita o a un intento de conquista y no pasa nada de nada. Todo el esfuerzo, cero resultados, pura ilusión perdida. Es como volver a la casa con las manos vacías y el ego medio golpeado, pero igual da risa contarlo después con los amigos.
"Hermano, me arreglé entero, invité a la Dani al cine y después a tomar algo, y al final nada de nada, puro peinar la cebra toda la noche."