Se utiliza para decirle a alguien que se calme, que baje un cambio o que no se exceda con lo que está haciendo.

"Oye, compadre, ya basta de pedir favores, ¡para el carro! No soy tu secretario."

Se usa para decirle a alguien que baje dos cambios, se calme y deje de estar jodiendo o exagerando con un tema. Es como ponerle freno a la cantaleta del otro cuando ya se está pasando de intenso. Muy útil cuando el pana viene embalado hablando pistoladas y uno ya no quiere seguirle el juego.

"Ey, pana, para el carro, ya me tienes mamado con ese cuento del partido del domingo, habla de otra vaina que eso ya fue."

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