Expresión muy usada para decir que uno quedó en la mala, sin plata y lleno de deudas, como bien quebrado. Es como cuando todo sale al revés, el negocio no da, se acaba el billete y toca apretarse el cinturón con toda. Suena chistoso, pero cuando uno se monta en la olla de verdad, no tiene nada de gracia.
"Parce, vendí la moto pa' meterla a ese negocio y vea, salió malísimo, me monté en la olla y ahora ando debiendo hasta el fiado de la tienda del barrio."