Se usa para decir que alguien es lo más de lo más en lo suyo, como el Messi del chamamé o la estrella máxima del baile o del canto. Es un piropo bien correntino para gente que la rompe en el escenario o en cualquier ámbito donde se luzca. Y la verdad, suena tan lindo que dan ganas de que te lo digan.

"Mirá ese acordeonista, che, es un mburucuyá de oro, hace zapatear hasta a la tía que siempre se queda sentada cuidando las empanadas."

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