Se usa en Puerto Rico para decir que algo fue enorme, exagerado o fuera de control, comparándolo con el Castillo San Felipe del Morro en San Juan, que es gigante y bien icónico. Puede ser algo bueno o simplemente demasiado, pero siempre da la idea de que se les fue de las manos. Y hay que admitir que la comparación tiene su encanto boricua.
"Papi, el tapón de esta mañana estaba más grande que el Morro, llegué tarde al trabajo y ni el jefe se lo creyó cuando le conté el revolú."