Despertarse tan temprano que los gallos todavía están soñando. Solo se justifica para huir de la suegra o ganar el pan.
"Con este madrugonazo parezco zombi, pero al menos hoy evité comer arepitas con mi suegra."
Evento temprano-desvariante cuando te despiertas tan pronto que el eco de tus propios pensamientos te invita a debatir sobre ovnis con matasuegras inexistentes.
"Este madrugonazo está tan marciano que terminé discutiendo seriamente how extraterrestres serían fans del paté de morcilla."
Despertarse muy temprano, tanto que parece una experiencia surrealista, como si un duende viniera a celebrarlo con una serenata silenciosa.
"Con este madrugonazo en Sevilla, sentí como si un duendecillo me hubiera dado una serenata mientras miraba el microondas esperando su minuto tortuoso."
Levantarse tan intempestivamente que el cerebro sigue en modo fábrica. Ideal para ejecutar misiones imposibles como entender el tatu de un bowl de ramen a las cinco de la mañana.
"Después del madrugonazo, traté de escribir una canción sobre naranjas... hasta que el lápiz empezó a oler a zumito."
Sensación de vacío matutino al despertarse antes del amanecer, sufriendo una resaca de sueño peor que la de cerveza barata. Da tiempo para preguntarse sobre el sentido de la vida mientras ves capítulos repetidos de series ochenteras.
"Me di un madrugonazo y terminé en pijama aplaudiendo un episodio viejo de 'El coche fantástico'. Esto de filosofar sin café debería ser ilegal."
Levantarse tan temprano que hasta el WiFi sigue durmiendo y la única actividad en la ciudad es un gato peleando con su reflejo en el vidrio.
"Después del madrugonazo, ni Instagram se había despertado; solo estaba el gato del vecino atosigando el trípode para una selfie."